JAQUET DROZ GRANDE SECONDE QUANTIÈME SATIN-BRUSHED
Propiedad del Grupo Swatch desde el año 2000, Jaquet Droz renueva desde hace tres siglos la excelencia y la creatividad. Uno de sus pilares es la colección Grande Seconde que aglutina relojes con una elegancia, que según define la propia marca, “es una promesa de eternidad”. El diseño es audaz, pero tan noble y puro que se ha convertido en su icono atemporal, su constante fuente de inspiración.
Desde hace casi 300 años, Jaquet Droz magnifica la elegancia, la belleza y la sencillez del tiempo. El tiempo es siempre complejo y las complicaciones relojeras mucho más, pero Jaquet Droz tiene la capacidad de llevar hasta sus últimas consecuencias el “menos es más”, uno de sus pilares en el proceso de creación.
El look de los relojes Grande Seconde es reconocible, primero por sus esferas descentradas, pero también por su sobriedad.
Este año Jaquet Droz presenta dos versiones de este embajador de la simplicidad. Los cuatro modelos Grande Seconde Quantième Satin-Brushed –están disponibles con cajas en dos tallas y dos colores de esfera- conservan las dos subesferas descentradas y entrelazadas formando un “8”, el símbolo del poder, del talento y el coraje. Sobre el fondo gris satinado con agujas azuladas o antracita con manecillas en acero rodiado, el disco superior ofrece las horas y minutos sin artificios, la misma simplicidad que observamos en la esfera secundaria con los minutos y la fecha recorriendo su perfil.
Los dos nuevos relojes Grande Seconde Quantième Satin-Brushed están disponible con una caja de acero en 39 y 43 mm con un bisel redondo y cuernos perfilados que acentúan los volúmenes estudiados.
Calibre
El mecanismo que equipa estos dos nuevos relojes de Jaquet Droz es automático, calibre 2660Q2.P, manufacturado in house, con espiral y cuernos de áncora de silicio, material que con sus propiedades antimagnéticas, su resistencia a los golpes y cambios térmicos desafía al tiempo en aras de la precisión. Con su doble barrilete ofrece una autonomía de 68 horas, tiempo en el que su corazón palpita a un ritmo de 28.800 alternancias/hora.
Las pulseras de piel de aligátor en marrón o gris pizarra hechas a mano son el broche de estos dos relojes que representan el equilibrio estético y técnico entre clasicismo y modernidad.
Por Purificación Álamo
