A. Lange & Söhne

ZEITWERK REPETICIÓN DE MINUTOS HONEYGOLD

Redacción

Imagen frontal del Zeitwerk repetición de minutos Honeygold, e imagen del calibre de manufactura Lo43.5.

En 2015, A. Lange & Söhne presentó el Zeitwerk Repetición de Minutos, el primer reloj de pulsera mecánico del mundo que combinaba una indicación saltante de horas y minutos –el elemento definitorio de la colección, inspirado en el monumental reloj de la Semper Opera de Dresde– con una repetición decimal de minutos que emitía la indicación de las horas, los intervalos de diez minutos –en lugar de los tradicionales cuartos– y los minutos a demanda.

Ocho años después de aquella primera versión en platino, la firma sajona ha querido recuperar el modelo con una caja elaborada en su exclusivo oro miel y una elegante esfera gris antracita, que se comercializará en una edición limitada a 30 ejemplares.

Igual que en las anteriores versiones, la elegante caja de la colección Zeitwerk se ofrece con unas medidas de 44,2 milímetros de diámetro por 14,1 de grosor, y combina superficies pulidas y satinadas. La elección del material de la caja en un reloj con repetición de minutos no es un aspecto menor de su construcción,, puesto que afecta a la calidez y riqueza del sonido que emiten los martillos al impactar contra los gongs. En este caso, la aleación de oro miel proporciona al reloj una sonoridad única, con un tono claro y un timbre cálido y redondo, además de un color dorado cálido y agradable. Como es preceptivo en un Zeitwerk, la corona está ubicada a las dos horas, lo que ha llevado a los diseñadores del reloj a situar el pulsador de la sonería a las 10 en pos de una mayor simetría.

El fondo transparente de cristal de zafiro permite la contemplación de los deliciosos acabados del calibre de manufactura L043.5 que da vida al reloj. Compuesto por nada menos que 771 piezas (93 rubíes), presenta los elementos distintivos de la relojería sajona, desde la platina de tres cuartos elaborada en alpaca natural hasta el grabado manual de los puentes del volante y de la rueda de escape. Su órgano regulador late con una tranquila frecuencia de 18.000 semioscilaciones por hora, mientras que un solitario barrilete le proporciona 36 horas de reserva de marcha con toda la cuerda dada, cuando no se ha accionado la sonería.

Como en todos los modelos de la colección Zeitwerk, el calibre L043.5 incorpora un mecanismo de reajuste de la tensión entre el barrilete y el volante que tiene la función de impulsar el avance de los discos de las cifras en saltos de un minuto. Al mismo tiempo, contribuye a la estabilidad de la marcha al garantizar que el volante reciba una fuerza constante durante toda la duración de la marcha, independientemente del estado de carga del muelle real.

Además, el calibre L043.5 cuenta con varios elementos de seguridad encargados de evitar la interferencia entre los diferentes mecanismos que lo integran y garantizar su perfecta interacción. Por ejemplo, al activar la repetición de minutos, se suspende el movimiento de los discos y tampoco se puede extraer la corona, de modo que no se puede ajustar la hora. Esta precaución permite asegurar que la hora de la repetición coincida de manera precisa con la hora mostrada digitalmente. Además, la sonería no puede activarse cuando la reserva de marcha es inferior a 12 horas, para evitar que la repetición pudiera interrumpirse por no contar con la energía suficiente.

La perfecta mecánica del calibre tiene como colofón un mecanismo de sonería diseñado para proporcionar un sonido diáfano, fuerte y sostenido. Para ello no solo es importante el material de la caja del reloj, que actúa como la caja de resonancia de un instrumento, sino también el diseño del propio calibre y el trabajo sobre los timbres, que son afinados a mano por los especialistas de la casa. Es más, todos los componentes involucrados en la sonería deben ser desmontados, ajustados y vueltos a montar varias veces hasta conseguir el sonido deseado.

La experiencia de admirar una complicación como la repetición de minutos no sería completa sin la posibilidad de contemplar el golpeteo de los martillos contra los timbres. Es por ello que la icónica esfera del Zeitwerk –que en esta ocasión se presenta en color gris antracita– se ha adaptado para dejar a la vista los dos martillos, situados a lado y lado del característico puente de alpaca natural que aloja las dos ventanas de las horas y los minutos saltantes, así como el pequeño segundero, decorado con un delicado “guilloché” de finos círculos concéntricos. A las doce horas encontramos el imprescindible indicador de la reserva de marcha, otra de las marcas de fábrica de la firma sajona.

El reloj, que estará disponible solamente en boutiques escogidas de A. Lange & Söhne, se comercializa con una elegante correa de piel marrón oscuro cosida a mano, dotada de un cierre desplegable en oro Honeygold de 18 K.

Más información en: alange-soehne.com

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