BELL & ROSS INSTRUMENT
Cuando Bruno Belamich y Carlos-Antonio Rosillo fundaron Bell & Ross en 1993, su objetivo era crear herramientas que pudieran ser utilizadas en las condiciones más extremas. Por ello adoptaron el lema “la función crea la forma”, inspirado en una de las máximas del funcionalismo, y decidieron construir su colección en torno a cuatro calidades básicas: legibilidad, funcionalidad, precisión y fiabilidad. Ello se hace muy evidente en las primeras referencias de la marca, elaboradas en colaboración con la firma alemana Sinn y destinadas principalmente a un uso profesional.
A medida que los diseños propios fueron copando las colecciones, Bell & Ross se fue abriendo a un público más amplio e incorporó paulatinamente nuevas fuentes de inspiración, como el mundo de la aviación y la historia militar, dos de las grandes aficiones de Belamich y Rosillo. Fue en este contexto donde surgió, por ejemplo, la colección Vintage, que principalmente tomaba como referencia los clásicos relojes de aviador de la primera mitad de siglo XX.
A raíz de esta pasión por la historia de la aviación, ya en la primera década del nuevo siglo los diseñadores de la marca empezaron a trabajar en una idea aparentemente sencilla pero a la vez revolucionaria desde el punto de vista estético: trasladar a la muñeca la estética de los indicadores analógicos que poblaban los paneles de control de los viejos aviones.
Presentado oficialmente en 2005, el modelo Instrument BR 01 se convirtió inmediatamente en un icono relojero y dio a conocer la joven firma Bell & Ross entre los amantes de los guardatiempos de todo el planeta. Contaba con una contundente caja cuadrada de 46 mm de diámetro, con los ángulos ligeramente redondeados y un bisel circular, igual que la esfera. La carátula superior del reloj, la carrura y el fondo estaban unidos por cuatro tornillos perfectamente visibles, reminiscencia de los que fijaban los instrumentos de medición a los paneles de control.
Esta fuente de inspiración también estaba presente en la esfera, diseñada para garantizar una interpretación fácil y rápida de todas las indicaciones. Estéticamente, destacaba por la presencia de cuatro grandes numerales arábigos de aire retro que complementaban los índices horarios en los puntos cardinales, y por la forma de espada de las agujas de horas y minutos. Un generoso recubrimiento material luminiscente sobre los numerales, los índices horarios y las agujas facilitaba la lectura de todas las informaciones en condiciones de escasa luminosidad.
La colección BR 01 se inauguró con cuatro modelos: el BR 01-92, un simple tres agujas; el BR 01-94, un cronógrafo tricompax con ventana de fecha; el BR 01-96, un tres agujas con gran fecha, y el BR 01-97, con fecha e indicación de la reserva de marcha. Para honrar a los precedentes históricos del reloj, la caja de acero de algunas de las referencias tenía un revestimiento negro mate.
Naturalmente, tras el éxito comercial cosechado por estos primeros modelos, al año siguiente Bell & Ross continuó apostando por la colección con el lanzamiento de nuevas referencias. La más remarcable de ellas, sin duda, fue el cronógrafo Instrument BR 01-94 Titanium, que combinaba una caja ultraligera de titanio satinado con una esfera de fibra de carbono dotada de unos numerales de diseño más moderno.
Más en línea con la estética de las referencias originales, la serie BR 01 Orange sustituía el blanco de los marcadores y las agujas por un vistoso color naranja que ofrecía un perfecto contraste con el negro del resto del reloj. En las temporadas siguientes, la firma francesa repetiría la fórmula utilizando colores como el azul, el amarillo, el rojo… o el negro del espectacular modelo BR 01 Phantom, uno de los primeros relojes del mercado que presentaba este color en todos sus elementos externos (naturalmente, la utilización de Super-LumiNova hacía posible la lectura horaria apenas disminuía un poco la luz ambiental).
Todos estos modelos ya estaban equipados con una deportiva correa de caucho negro, que se convertiría en un elemento característico de la línea, si bien Bell & Ross ha seguido utilizando la piel en sus relojes más elegantes.
Bell & Ross BR 01-92, de 2005.
El modelo BR 03-94 Carbon Orange, de 2006.
Hermanos pequeños
El lanzamiento de la colección Instrument BR 01 permitió comprobar a los responsables de Bell & Ross que sus poderosos 46 mm de diámetro no eran asumibles para todas las muñecas. Por ello, en 2006 la firma amplió la línea Instrument con el BR 03, que ofrecía un más discreto diámetro de 42 mm sin renunciar a los principios de funcionabilidad y legibilidad. Inicialmente, se lanzaron seis referencias del BR 03: tres cronógrafos bicompax y tres modelos tres agujas (en todos los casos, con una ventana circular de fecha entre las cuatro y las cinco horas).
Para completar la gama y tener acceso a un público todavía más amplio, dos años más tarde se introdujo la colección BR S, con un diámetro de 39 mm y un grosor de sólo 6,80 mm, medidas que permitían la introducción de relojes específicamente femeninos.
Más próximo a los parámetros del reloj de vestir, el BR S se alejaba un poco de la estética propia de los indicadores de un avión, como delata el uso del oro en algunos de los modelos. Asimismo, las esferas contaban con índices y numerales metálicos en aplique, acompañados de un pequeño segundero situado a las seis. La primera generación de BR S estaba equipada con un calibre mecánico de carga manual, pero pronto se incorporarían a la colección modelos automáticos e incluso de cuarzo.
Mientras la línea Instrument crecía con la introducción de estas variaciones de caja, la colección BR 01 continuaba enriqueciéndose con modelos que no dejaban de incorporar nuevos matices al concepto original. Es el caso del BR 01 Tourbillon, presentado en 2007, que significó todo un salto de calidad para la casa francesa. Concebido como un regulador, con la solitaria aguja de las horas situada en un contador a las doce, el reloj destacaba por la presencia de un tourbillon, cuya jaula estaba decorada con el logotipo de la firma. Por si fuera poco, dos subesferas auxiliares indicaban la reserva de marcha y del nivel de fiabilidad del calibre, calculado a partir de la tensión del muelle real. Elaborada en titanio —en esta ocasión, revestido con un PVD negro—, la caja fue objeto de un ligero rediseño que contribuía a acentuar el carácter hi-tech del reloj: los cuatro tornillos de la carátula superior aparecían flanqueados por unos tirantes, mientras que unas aberturas en la carrura dejaban a la vista unas inserciones de fibra de carbono. La esfera, también de fibra de carbono, ofrecía una estética contemporánea, reforzada por el diseño de las agujas y los numerales.
El BR 01 Tourbillon, de 2007.
Bell & Ross BR 0-92 Radar, de 2010.
Influencia militar
Tras un año marcado por la continuidad —en el que destacó, quizás, el BR 01-92 Gold Ingot, íntegramente realizado en oro rosa—, en 2009 Bell & Ross volvió a incorporar importantes novedades a su colección estrella, a la vez que recuperó una estética inspirada en el mundo castrense y en los instrumentos de los aviones.
Por una parte, la serie Commando, una edición limitada del BR 01-96 y el BR 01-97, que combinaba varias tonalidades de gris. Por otra, el BR 01 Airborne, que reproducía una calavera luminiscente en la esfera para rendir homenaje a los batallones aerotransportados US Airborne que participaron en la Segunda Guerra Mundial, y cuya enseña era el Jolly Roger. Para la ocasión, Bell & Ross modificó la célebre caja BR 01 de modo que el bisel se adaptara al contorno de la calavera de la esfera. A pesar de —o precisamente por— su carácter singular, el Airborne se acabaría convirtiendo en todo un clásico, que la firma recupera regularmente con todo tipo de variaciones estéticas.
No menos significativa, la serie BR Heritage (disponible con cajas de 42 y 46 mm) presentaba sutiles modificaciones estéticas respecto al reloj original que le conferían un carácter ligeramente más retro y militar. Completaba la imagen de los relojes una sorprendente correa de piel decorada con el logotipo de la marca acompañada por la inscripción “Aviation-military specs” en grandes caracteres.
En 2010, Bell & Ross quiso profundizar en la idea que había dado origen a la creación de la línea Instrument BR y presentó dos modelos que directamente imitaban instrumentos relacionados con el ámbito de la navegación aérea. El primero de ellos, el BR 01-92 Radar, ofrecía la indicación horaria mediante tres discos concéntricos, con sendos marcadores de colores, que recreaban la pantalla de un radar; el BR 01-92 Compass, por su parte, se inspiraba en la estética de las brújulas de vuelo, y ofrecía la información de horas y minutos mediante dos anillos concéntricos dotados de numerales. Para la realización de este modelo, Bell & Ross de nuevo modificó la caja BR 01, sustituyendo el fino bisel original por un ancho anillo dotado de un puente que cruzaba longitudinalmente la esfera, cubriendo la franja central de esta.
Además, a finales de año la firma francesa lanzó una edición de solo 20 ejemplares de su nuevo Airborne Grande Complication, que adaptaba las complicaciones del BR 01 Tourbillon a la estética propia de la colección.
El panel de control de un avión, fuente de inspiración de la línea de instrumentos de vuelo de Bell & Ross.
Más instrumentos de vuelo
La serie de modelos inspirados en distintos instrumentos de vuelo tuvo continuidad en 2011 con el lanzamiento del BR 01-92 Red Radar, una variante del reloj introducido el año anterior, que reproducía la imagen de una pantalla de radar incluso con más fidelidad que su predecesor. El reloj debe su nombre al color rojo que tomaba la esfera por efecto del cristal de zafiro tintado que la protegía.
El éxito de estos modelos conceptuales propició la creación, en 2012, de la serie Flight Instruments, inspirada específicamente en los instrumentos analógicos de vuelo de los aviones. Esta nueva línea de productos se inauguró con tres modelos, que se comercializaron en sendas ediciones limitadas a 999 ejemplares: el BR01-92 Horizon, un tres agujas inspirado en los indicadores de horizonte artificial; el BR01-96 Altimeter, con indicación de gran fecha, y el BR 01-92 Turn Coordinator, que, igual que el Compass, ofrecía la información horaria mediante tres discos centrales, con una estética que imitaba un indicador de giro.
La colección se cerraría al año siguiente con tres modelos más: el BR 01-92 Airspeed, inspirado en un anemómetro; el BR 01-97 Climb, cuyo grafismo recordaba al del dial de un variómetro, y el BR 01 Heading Indicator, de nuevo basado en la estética de las brújulas de vuelo.
Ese mismo año, Bell & Ross incorporó la función GMT a la línea BR 03 con el modelo BR 03-51 GMT Carbon, dotado de un contador auxiliar de horas y minutos. Paralelamente, los dos modelos de la serie BR 03 Golden Heritage ofrecían una imagen elegante y vintage gracias a sus índices y numerales dorados, aplicados sobre una esfera de aspecto envejecido.
Bell & Ross BR-X1 Skeleton Cronograph, de 2014.
Explosión de la caja del modelo BR 03-92 Carbon Ceramic, de 2014.
Colección de vanguardia
En 2014, la marca francesa dio otra vuelta de tuerca al concepto que nueve años antes había dado origen al BR 01 con la introducción de la colección Experimental, dotada de una imagen de vanguardia, que se inauguró con el cronógrafo BR-X1.
Concebido inicialmente como tributo al avión experimental estadounidense Bell X-1, el primer aeroplano en superar la barrera del sonido, el BR-X1 contaba con una revolucionaria caja cuadrada de 45 mm de diámetro, elaborada en titanio de grado 5 y dotada de un cinturón protector de cerámica de alta tecnología con inserciones de caucho. Con una imagen alejada de la estética propia de la línea BR 01, la esfera de cristal permitía contemplar los puentes en forma de X del calibre —esta letra designa los proyectos experimentales de la NASA—, así como el disco esqueletizado de la fecha. Tanto las agujas como los índices horarios —el modelo carecía de los clásicos numerales de la marca— eran de estética contemporánea y contaban con un generoso revestimiento de Super-LumiNova en la franja central, mientras que la aguja del totalizador de minutos del cronógrafo era sustituida por un disco calado que imitaba las aspas de una turbina. En el perímetro superior, alojada sobre un realce metálico, una escala de taquímetro completaba la imagen deportiva del modelo.
Si esta nueva colección ofrecía una estética revolucionaria, el modelo BR 03-92 Carbon Ceramic mantenía el espíritu y la estética del BR 01 original, eso sí, aportando un plus de resistencia y dureza gracias a la elaboración de todos los elementos externos de la caja en cerámica de alta tecnología.
En 2015 se cumplía el décimo aniversario del BR 01, y nada mejor para festejarlo que una edición conmemorativa estéticamente fiel al modelo original, aunque con la misma concepción de caja que el BR 03-92 Carbon Ceramic (caja interior de acero y elementos externos en cerámica). Entre las licencias que se tomaron los diseñadores se incluye un medallón conmemorativo situado a las seis horas y la estampación de la esfera por el dorso para resaltar los índices y las cifras en calco. Asimismo, el fondo del reloj estaba decorado con el logotipo conmemorativo.
En un año especialmente prolífico para la firma francesa, la colección BR 03 se amplió con el BR 03-92 Military Type, con esfera caqui, y con el BR 03-94 Rafale, inspirado en el caza homónimo de Dassault Aviation; la colección BR S, por su parte, vio el nacimiento de varios modelos femeninos repletos de elementos tan singulares como una esfera nácar gris con estampado de camuflaje o un brazalete cerámico (toda una primicia para la marca).
En cuanto a la nueva colección Experimental, destaca el lanzamiento del modelo BR-X1 Tourbillon, nada menos que un cronógrafo monopulsador en esqueleto con un calibre de carga manual regulado por un tourbillon volante (por supuesto, decorado con el ampersand característico de la marca). El modelo se comercializó en dos exclusivas ediciones de 20 ejemplares de titanio y 20 más de oro rosa.
Además, la firma introdujo una nueva versión del BR-X1, con caja de Carbon Forgé, un material de gran ligereza y resistencia obtenido a partir de la compresión de fibras de carbono dentro de un molde de acero, a alta temperatura, con una resina termoendurecible.
La novedad más llamativa de 2016, sin duda, fue el BR-X1 Tourbillon Sapphire, una edición de cinco únicos ejemplares cuya caja elaborada con cristal de zafiro transparente permitía contemplar las evoluciones del calibre desde todos los ángulos. Por si fuera poco, el brazalete estaba elaborado en una combinación de caucho translúcido y tejeduría de Kevlar metalizado.
Una versión menos vanguardista del reloj, con caja de Carbon Forgé, sirvió para festejar la unión de la marca con el equipo Renault de Fórmula 1. El BR-X1 RS16 Tourbillon se comercializó en una edición limitada a 20 ejemplares, y hacía pareja con el BR-X1 RS16 (edición limitada a 250 piezas). En ambos casos, tanto la esfera como la caja y la pulsera estaban salpicados de detalles de color amarillo, distintivo de la firma automovilística francesa.
Modelo BR-X1 Tourbillon Sapphire, de 2016.
BR-X1 RS17, de 2017, realizado en honor al equipo Renault de F1.
Ediciones especiales
A pesar de haber cedido buena parte de su protagonismo a la más versátil colección BR 03, el célebre reloj BR 01, con sus 46 mm de diámetro, seguía apareciendo en ediciones limitadas de carácter temático. Es el caso del espectacular Burning Skull, nueva edición de la serie Airborne, que de nuevo lucía una tétrica calavera en la esfera —esta vez, en relieve— y presentaba la caja decorada con una técnica combinada de grabado y lacado.
El BR 01 también estaba presente en la edición limitada Instrument de Marine, inspirada en los cronómetros creados en los siglos XVII y XVIII para facilitar la navegación marítima. Concretamente, en una singularísima versión de estética extremadamente clásica, con numerales romanos, minutería de ferrocarril y —toda una novedad en el BR 01-92— un pequeño segundero a las seis horas. La característica caja de la colección estaba elaborada, en esta ocasión, en bronce y madera de sisu, dos materiales que se utilizaban históricamente en la fabricación de cronómetros marinos. Acompañando al BR 01-92, los modelos BR X1 y BR X1 Tourbillon desprendían un cierto aire Steam Punk gracias a la combinación de elementos clásicos y contemporáneos, y a la utilización de materiales como el bronce o la madera.
En 2017, Bell & Ross volvió a honrar su relación con Renault con el lanzamiento de tres nuevas ediciones limitadas: el BR-X1 Torbillon RS17, el BR-X1 RS17 y el BR 03-94 RS17. En esta ocasión, la esfera policromática de los relojes remitía al volante del monoplaza Renault RS17, lleno de pulsadores de colores.
Asimismo, la colección BR03 creció con cuatro nuevas referencias, todas ellas de su versión con indicación de tres agujas y fecha: dotado de una caja de acero satinado, el modelo Horograph tenía la caja de acero satinado y ofrecía un grafismo muy elaborado, con gruesos índices horarios y agujas de bastón; el modelo Horolum, por su parte, destacaba por su esfera en sándwich (la Super-LumiNova estaba aplicada bajo la esfera, y era visible gracias a la abertura en troquel de índices y numerales), inédita en la marca francesa, y el modelo Black Camo presentaba un motivo de camuflaje gris en la esfera. La cuarta referencia era el BR 03-92 Diver, un modelo de submarinismo resistente al agua hasta 300 metros y dotado de un bisel giratorio para medir el tiempo de inmersión. El diseño de la esfera, con grandes índices luminiscentes, era similar al que la firma había utilizado años atrás en sus primeros modelos de submarinismo, la serie BR 02.
La principal novedad de la colección Experimental ese año fue el modelo BR-X2 Tourbillon Micro-rotor, surgido de la idea de fusionar el movimiento y la caja en un único elemento, y hacerlo visible a través de una carátula íntegramente realizada —igual que el fondo— en cristal de zafiro. Los tres cuerpos de la caja, de 42,5 mm de diámetro, estaban fijados, como es preceptivo en un reloj de la línea Instrument, por unos tornillos perfectamente visibles en los ángulos de la misma. Regulado por un tourbillon, el calibre que daba vida al reloj generaba la energía mediante un microrrotor, gracias a lo cual su grosor no sobrepasaba los 4,05 mm. El BR-X2 Tourbillon Micro-rotor ofrecía una información de horas y minutos, perfectamente legible gracias al revestimiento de Super-LumiNova de índices y agujas.
Este singular modelo de alta relojería —reflejo de la evolución experimentada por la firma francesa en la última década— tendría su continuación en 2018 con el BR-X2 Skeleton Tourbillon Micro-rotor, cuyo calibre en esqueleto permitía admirar las evoluciones de todos los elementos móviles.
Para la línea Instruments, 2018 fue el año de los relojes de submarinismo, con el lanzamiento de dos nuevas versiones del BR 03-92 Diver: una con el bisel y la esfera de color azul, y otro más singular y exclusivo, con caja de bronce y fondo de acero grabado. Sin embargo, la firma también recuperó las referencias al mundo de la aviación con el modelo BR 01 Laughing Skull, de la serie de relojes dedicados al emblema de la división aerotransportada US Airborne. En esta ocasión, la famosa calavera parecía flotar sobre el vacío gracias al esqueletizado de la esfera, fijada solamente por las dos tibias que completaban la figura del Jolly Rogers. Sin embargo, el elemento más singular de este reloj —del que también se comercializaron dos versiones con engaste de diamantes— era el mecanismo que hacía que la mandíbula inferior de la calavera subiera y bajara cuando el usuario cargaba el reloj mediante la corona.
Y, por supuesto, los responsables de la marca no se olvidaron de su alianza con el equipo Renault, que honraron con el lanzamiento de tres nuevas referencias. De nuevo, los modelos elegidos fueron el BR 03-94, el BR-X1 y el BR-X1 Tourbillon, y, en esta ocasión, el amarillo propio de la marca francesa de automoción compartía protagonismo con el rojo, color fetiche de las carreras automovilísticas. Como novedad de diseño, el BR 03-94 RS18 incorporaba unos pulsadores de báscula similares a los del BR-X1, todo un guiño a los cambios de paleta de los coches de la Fórmula 1.
Modelo BR 01 Laughing Skull, de 2018.
Modelo BR-X2 Skeleton Tourbillon Micro-rotor, de 2018.
De instrumento de a bordo a icono relojero
Nacido con la voluntad de trasladar a la muñeca la estética y el espíritu de los instrumentos analógicos de los aviones de los años setenta, el BR 01 se convirtió rápidamente en todo un icono relojero, conocido por todos los amantes de la relojería. Y, aunque hoy ya no se encuentra entre los modelos de la colección regular de Bell & Ross —que, en cambio, lo utiliza regularmente en ediciones limitadas—, sus herederos de la colección Instrument demuestran el carácter atemporal de su singular caja cuadrada.