Bulgari

OCTO FINISSIMO TUSCAN COPPER AUTOMATIC

El oro ha sido, una vez más, el gran protagonista de las novedades presentadas por la firma del lujo italiana Bulgari en la edición de este año de la LVMH Watch Week, que se celebró en Miami a finales del mes de enero. Quizá por ello, entre ellas destaca con especial fuerza el Octo Finissimo Tuscan Copper Automatic, un modelo de acero 904L con una esfera cuyo color cobrizo se inspira nada menos que en la obra del pintor renacentista Jacopo da Pontormo.

Poco queda por decir de un diseño que, con menos de una década de existencia, se ha convertido en todo un icono de la relojería moderna, tanto por su intrínseco valor estético como por la cantidad de récords de delgadez (hasta ocho) que lleva asociados. Deudora, a partes iguales, de la arquitectura romana y del genial del diseñador Gérald Genta–, la caja del Octo Finissimo está construida en torno a la figura del octágono, con múltiples facetas –hasta 110– que contribuyen a suavizar la agresividad de sus líneas rectas y ángulos vivos. 

El modelo Tuscan Copper Automatic, concretamente, presenta un diámetro de 40 mm y un grosor de sólo 6,4 mm, que lo convierten en uno de los relojes de carga automática más delgados del mercado. De nuevo, presenta una alternancia de superficies satinadas y pulidas que contribuye a acentuar la complejidad formal del conjunto. El bisel, único elemento que rompe con la omnipresencia de las líneas rectas, aloja un cristal de zafiro con tratamiento antirreflejos, análogo al que se ha situado en el reverso del reloj para que su portador pueda admirar las evoluciones del calibre automático que late en su interior. En el finísimo lateral de la carrura, a las tres horas, encontramos una discreta corona de acero con ocho piezas laterales para facilitar su manipulación y una cara superior de cerámica negra, totalmente lisa. A pesar de su delgadez, el Bulgari Octo Finissimo ofrece una resistencia al agua de 100 metros.

Anverso y reverso del Octo Finissimo Tuscan Copper Automatic, con caja de acero y esfera de color cobrizo. Está equipado con el calibre automático BVL 138, visible a través del cristal de zafiro.

Familiarizados como estamos con las líneas del Octo Finissimo, el protagonismo de este Tuscan Copper Automatic recae sobre su esfera octogonal de color cobrizo, acabada con un satinado radial que le confiere un clásico y elegante efecto soleado. No tanto por el hecho de resultar toda una novedad en la colección, sino por la manera en que simboliza el enraizamiento de Bulgari en la herencia cultural italiana. Fabrizio Buonamassa Stigliani, director ejecutivo de Creación de Producto de la firma, lo explica de este modo: “el tono salmón metálico no se inspira en la estética vintage habitualmente apreciada por los coleccionistas, sino en las raíces mismas del arte italiano, concretamente del siglo XVI, y más precisamente en un movimiento disruptivo de la época llamado Manierismo, que marcó mi formación como diseñador. Por lo tanto, mi elección de este color simboliza un enfoque artístico experimental y disruptivo”. Concretamente, uno de los principales exponentes del movimiento, Jacopo de Pontormo, era célebre por sus paletas de colores vivos, casi metálicos, como el que refleja la esfera del Octo Finissimo Tuscan Copper Automatic.

Más allá de la viveza de su color, la esfera octogonal presenta el carácter minimalista que ha caracterizado siempre la colección Octo Finissimo. Cuenta con unos sencillos índices de bastón rodiados, en aplique, sustituidos por unos estilizados numerales a las seis y doce horas. Los relativos a las siete y las ocho, asimismo, desaparecen para ceder su lugar a un pequeño segundero igualmente minimalista, formado por minúsculos marcadores en aplique. Las tres agujas son de tipo “dauphine”. Las relativas a las horas y los minutos se presentan caladas en la zona central. 

Anverso y lateral del Octo Finissimo Yellow Gold Automatic, con caja ultraplana de oro amarillo y esfera color azul marino.

Bajo la esfera encontramos el calibre de manufactura BVL 138, que también tiene el honor de ser uno de los movimientos automáticos más delgados del mercado, gracias a unos increíbles 2,23 mm de grosor. Dotado de 31 joyas, el BVL 138 late con una frecuencia de 21.600 alternancias por hora, equivalentes a 3 Hz, y garantiza una reserva de marcha de 60 horas, nada desdeñable en un modelo de estas características. Para generar la energía aprovechando los movimientos de la muñeca, los relojeros de la manufactura suiza han optado por utilizar un microrrotor descentrado, que en esta ocasión se presenta elaborado en platino y decorado con un satinado “soleil” sobre el cual se ha grabado el nombre de la marca con letras doradas. El carácter ultraplano del calibre no ha sido un impedimento para que todos sus componentes fueran acabados según los preceptos de la alta relojería. La platina base cuenta con un acabado perlado, mientras que los tres puentes que cubren prácticamente toda la superficie del movimiento (solamente se han dejado dos aberturas para el microrrotor, a las tres horas, y para el órgano regulador, situado entre las siete y las ocho horas) están decorados con unas clásicas Côtes de Genève.

Naturalmente, el reloj se comercializa con el brazalete integrado propio de la colección, que combina unos grandes eslabones planos en forma de “U”, con acabado satinado, con otros más pequeños y rectangulares que presentan un acabado pulido. Se ciñe a la muñeca con un cierre desplegable que se mimetiza perfectamente con los eslabones. 

Junto a este Tuscan Copper, Bulgari ha lanzado otra versión del Octo Finissimo Automatic, esta sí, en oro amarillo y con la esfera de un elegante –y más canónico– color azul marino.

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