En 1888, un joven llamado Carl-Friedrich Bucherer, con formación como joyero y relojero, inauguró su propia joyería en la ciudad suiza de Lucerna. Su estratégica situación y la presencia de las marcas más importantes hicieron que el negocio se consolidara rápidamente, hasta convertirse en uno de los más importantes de la ciudad. Carl-Friedrich se encargaba de las tareas técnicas, mientras que su mujer Luise se ocupaba de atender al público. Su carácter trabajador y filantrópico valió al matrimonio el respeto y la admiración de la sociedad de Lucerna. De las primeras décadas de la joyería destaca la estrecha relación establecida con la firma relojera Rolex, cuyas esferas llegarían a personalizar con el nombre “C. Bucherer”.

El gran salto cualitativo de la compañía se produjo en 1919, con la incorporación definitiva a la empresa de sus dos hijos, Carl Eduard y Ernst Bucherer, que volvían a Suiza después de haber pasado cuatro años en Berlín, donde Carl Eduard había regentado una joyería y Ernst había conseguido un cierto prestigio como relojero.

Fueron ellos quienes convencieron a su padre de la necesidad de diversificar las actividades de la compañía, y ello dio como fruto la primera colección relojera C. Bucherer, que vio la luz ese mismo 1919. Acorde con la naturaleza del negocio original, estaba formada por relojes-joya femeninos estilo Art-Déco (los relojes masculinos se incorporarían a la compañía más de una década después), que reflejaban perfectamente las capacidades de Bucherer en el ámbito de la joyería y se aprovechaban de la mayor libertad creativa que permitían los relojes de pulsera.

 

 

Primer negocio de la marca

Primer negocio de la marca

Reloj femenino de 1920

Reloj femenino de 1920

Durante este periodo se produjo la gran expansión del negocio; Bucherer abrió establecimientos en las ciudades más importantes del país, y en la misma Lucerna inauguró su segunda tienda, en 1930, situada en el edificio del Hotel Righi.

En 1933 murió Carl-Friedrich Bucherer y sus hijos tomaron oficialmente la dirección de la empresa. Durante su etapa empezarían a producirse colecciones masculinas y, más tarde, incluso relojes con complicaciones. El cronógrafo con gran fecha, elaborado inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial, es significativo del modo en el que la firma había conseguido aunar la apuesta por el diseño que siempre había caracterizado sus colecciones con un carácter deportivo y funcional.

Ello hizo, entre otras cosas, que Bucherer pudiera introducirse plenamente en el mercado norteamericano, a través de muchos soldados que habían descubierto la marca durante su estancia en Europa.

El aumento de la popularidad de la firma tuvo su reflejo en la producción de relojes; para hacer frente a la creciente demanda, en 1967 Bucherer adquirió la prestigiosa manufactura de movimientos cronométricos Credo.

Tercera generación Bucherer

El segundo relevo generacional en la compañía se produjo en 1976, cuando Jörg G. Bucherer (nieto del fundador) tomó las riendas del negocio familiar.Con él se produciría la apertura de la firma al mercado asiático y a Oriente Medio, y, lo que es más importante, un regreso gradual a la relojería mecánica a principios de los años 90, después de los años de apogeo del cuarzo.

Era el inicio de un largo camino que llevaría, con la llegada del nuevo milenio, a la refundación de la firma relojera, que adoptó oficialmente el nombre de su fundador –“Carl F. Bucherer”- y consolidó la apuesta por la innovación técnica y la autonomía productiva.


Reloj Arquímedes con calendario perpetuo

Reloj Arquímedes con calendario perpetuo

En 2007, Carl F. Bucherer adquirió la compañía Techniques Horlogères Appliquées (THA), con sede en la localidad de Ste. Croix, con el objetivo de dedicarla exclusivamente a la investigación y al desarrollo y producción de movimientos

Jörg Bucherer, actual responsable de la compañía

Jörg Bucherer, actual responsable de la compañía

Instalaciones de la manufactura

Instalaciones de la manufactura

Dos años más tarde, la nueva manufactura (que fue denominada “Carl Bucherer Technologies”) presentó su primer desarrollo: el calibre automático CFB A1000, dotado de un innovador rotor periférico, que sirvió de punto de partida a toda una familia de calibres de manufactura.

En 2016, Carl F. Bucherer lanzó su segunda familia de movimientos, denominada CFB A2000, que presentaba numerosas novedades tanto técnicas como estéticas, desde una nueva espiral de oscilación libre hasta una más clásica decoración de Côtes de Genève, pasando por la presencia de una nueva espiral de oscilación libre. Asimismo, ese mismo año la firma presentó una nueva edición limitada del modelo con tourbillon que había realizado en 2013, dotado, naturalmente, de un movimiento de manufactura.

Recientemente, al trabajo desarrollado por el equipo de relojeros de Ste. Croix –y de los artesanos de la marca, pues la joyería y la relojería femenina continúan siendo dos de los puntales del grupo, Carl F. Bucherer ha añadido la fuerza productiva de un nuevo centro –en realidad, el edificio donde se ubicaban, desde hacía años, los talleres de ensamblaje de la marca–, que le permitirá alcanzar una producción de 30.000 ejemplares anuales.

Calibre CFB_A2000

La segunda familia de movimientos de la firma, denominada CFB A2000

Este artículo ha sido publicado en el número 37 de la revista Máquinas del Tiempo.

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