Ferdinand Berthoud

RSM

Por Ernest Valls

La Chronométrie Ferdinand Berthoud presenta un tourbillon –en cuyo desarrollo ha participado un joven relojero como parte de su proyecto de graduación– que incorpora, por primera vez, la complicación poco conocida pero muy apreciada de segundos muertos y un mecanismo de parada de los segundos, poco habitual en un tourbillon.

S

i ya han leído nuestro extenso especial sobre Watches & Wonders 2022, seguramente les habrá llamado la atención que en la sección del Carré des Horlogers hayamos evitado referirnos a reloj alguno de la Chronométrie Ferdinand Berthoud. La explicación es sencilla: teníamos reservado un espacio “muy personal” para ella.

El reloj marino Nº 8 de Ferdinand Berthoud, propiedad de Luixs XV de francia, se probó en el mar durante los años 1768 y 1769.

La esfera del H.M.8 sirve de inspiración para el nuevo FB RSM: regulador, con disco de horas, esfera de minutos y segundos centrales.

La inspiración del FB RSM

El nuevo Regulador con Segundos Muertos de la Chronométrie Ferdinand Berthoud está inspirado en el reloj marino Nº 8 de Ferdinand Berthoud, conocido como H.M.8. Se trata de un reloj fechado en 1768 con una visualización tipo regulador, es decir, las indicaciones de horas, minutos y segundos no comparten el mismo eje de giro. El objetivo de este tipo de visualización era mejorar la lectura para servir de referencia a las medidas de navegación marítima, ya que una lectura no entorpecía a la otra. El H.M.8 ofrecía la lectura de las horas mediante un disco que asomaba en una abertura en la esfera a la altura de las dos horas; a las doce horas, una esfera auxiliar, indicaba los minutos, mientras que los segundos se mostraban mediante una aguja central que avanzaba en saltos de un segundo (es decir, incorporaba la complicación de segundos muertos). El movimiento que impulsa el H.M.8 es vertical, regulado por una espiral termocompensada y equipada con bloques de inercia.

La abertura, en forma de 8 a las nueve horas, del FB RSM deja ver perfectamente el mecanismo de segundos muertos.

Además, el FB RSM también rinde homenaje a una particularidad del célebre relojero. Ferdinand Berthoud no sólo se dedicó al desarrollo de relojes marinos, sino que también tuvo una preocupación constante por transmitir y dejar registrados sus conocimientos: no fueron pocos los aprendices que estuvieron bajo su protección y colaboraron con él en la creación de sus relojes, y por otra parte publicó docenas de memorias y libros especializados, que totalizan más de 4.000 páginas y 120 láminas grabadas, además de realizar importantes contribuciones a la Enciclopedia de Diderot y d’Alembert.

La Chronométrie Ferdinand Berthoud ofrece la posibilidad que el coleccionista configure, estéticamente, su reloj. Puede escoger la forma de la caja, su material y el color de la esfera.

Además del célebre H.M.8, que le valió a Ferdinand Berthoud su preciado título de relojero Mecánico del Rey –Luis XV de Francia– y de la Marina, el FB RSM toma como fuente de inspiración la vocación pedagógica del maestro relojero, ya que un joven relojero de la Universidad de Neuchâtel ha sido quien ha desarrollado la complicación de segundos muertos como parte de su proyecto de graduación.

Dos retos de la cronometría

El FB RSM cuenta con un tourbillon y un sistema de fuerza constante de tipo huso-cadena. Además, incorpora una complicación poco habitual como es la de segundos muertos, y también otra de paro del segundero que, si bien es más habitual, no lo es tanto cuando se utiliza un sistema de regulación de tipo tourbillon, como es el caso.

El calibre FB-T.FC.RSM (sigla que describe todas sus particularidades: tourbillon, fuerza constante, regulador y segundos muertos) cuenta con el certificado de cronómetro expedido por el COSC, cuya obtención con un mecanismo de segundos muertos es todo un reto. Detener y volver a poner en marcha la aguja de los segundos implica tres pasos: detener el tren de engranajes en cuestión, almacenar el par que se sigue produciendo durante esta pausa y liberar de golpe la energía al cabo de un segundo. Dado que la regularidad del par –la fuerza a la que se somete el rodaje– es la esencia de un calibre de fuerza constante, interrumpir su flujo 60 veces por minuto sin comprometer su linealidad es una verdadera proeza técnica, que la Chronométrie Ferdinand Berthoud ha resuelto más que satisfactoriamente.

Por otra parte, parar la jaula del tourbillon en cualquier momento para un ajuste preciso y exacto de la hora es otro de los retos que se ha resuelto sin mermar las prestaciones ni la integridad del conjunto. Hemos de pensar que no se trata de parar un volante que oscila libremente sin elementos a su alrededor. El volante de un tourbillon está encerrado dentro de una caja, por lo que no se puede acceder directamente a él sin comprometer la integridad de la caja que lo contiene.

En el anverso se puede apreciar el sistema de fuerza constante, tipo huso-cadena, así como el imponente tourbillon que late en su interior.

Estética ad-hoc

La esfera del FB RSM mantiene la misma disposición que la del H.M.8: disco de las horas a la altura de las dos horas, visible a través de una abertura circular; esfera auxiliar de los minutos a la altura de las doce horas, y segundero central. A la altura de las nueve horas, una abertura en forma de ocho –un guiño sutil a su origen– deja al descubierto el mecanismo de segundos muertos. Es un detalle que no pasa desapercibido, ya que permite comprender perfectamente la complicación y deleitarse con su sencillez no exenta, al mismo tiempo, de complejidad técnica.

La esfera de oro está grabada a mano y lleva la inscripción del “Nº 8”, así como el nombre de la marca, su característica de cronómetro y su origen en Val-de-Travers.

Sólo se fabricarán 20 movimientos, y el agraciado coleccionista que obtenga una de las piezas podrá elegir su configuración estética: caja redonda u octogonal, en oro rosa u oro blanco, etc. Asimismo, la esfera puede conservar su color natural o recibir un tratamiento PVD de tonos negros o azules.

La caja tiene un diámetro de 44 milímetros, un grosor de 14,3 y una estanqueidad de 3 atmósferas de presión. El cristal de zafiro es abombado y ha recibido un tratamiento antirreflectante en ambas caras. El fondo está sujeto mediante tornillos e incorpora un cristal de zafiro transparente que deja al descubierto todo el movimiento.

El calibre de cuerda manual FB-T.FC.RSM tiene un diámetro de 37,3 milímetros y un grosor de 9,89. Está compuesto por 1.169 piezas, de las que 790 corresponden a la cadena de 285 milímetros de longitud. Su arquitectura es de 18 semipuentes y 6 pilares. El tourbillon realiza un giro por minuto y el volante late a 21.600 alternancias por hora. La reserva de marcha del calibre es de unas 53 horas y puede leerse en un indicador situado en el anverso.

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