IWC DA VINCI TOURBILLON CRONÓGRAFO RETRÓGRADO

IWC le ha dado un gran impulso a su colección Da Vinci y la ha relanzado con la clásica caja redonda que tenían los relojes de esta línea en los años 80 y con una gran variedad de modelos para mujer para atraer al público femenino. La forma redonda era la preferida de Leonardo Da Vinci.

La colección Da Vinci nació mucho antes, en 1969, con caja hexagonal de oro y brazalete, pero desde 2007 los relojes tenían la caja tonneau. Para  rendir homenaje al genial Leonardo Da Vinci, muchas de las innovaciones que realizaba la marca se exhibían primero en un reloj Da Vinci, como el primer cronógrafo mecánico de pulsera con calendario perpetuo e indicación del año con cuatro cifras, lanzado en 1985 –en plena crisis de la industria relojera suiza por la irrupción del cuarzo-, o el Da Vinci Calendario Perpetuo Digital Fecha-Mes, que es de 2009 y era el primer cronógrafo flyback con calendario perpetuo, indicación digital del año bisiesto y del mes y la fecha en grandes dígitos, entre otros.

La renovada colección Da Vinci está formada por relojes automáticos de 36 mm y automáticos con fases de luna destinados a la mujer, modelos automáticos de 40 mm con vocación unisex y otros tres  con complicaciones, con los que IWC desarrolla su faceta más relojera. A la colección llegan dos nuevos calibres y uno de ellos es el que equipa al nuevo reloj Da Vinci Tourbillon Retrógrade Cronógrafo.

Este reloj con triple complicación tiene el diseño armónico que el resto de los relojes de la renovada familia. Su caja es elegante, en oro rojo y de unas proporciones equilibradas, con el diseño de los años 80, como el bisel de doble marco, pero más estrecho y menos escalonado para que sea más contemporáneo.

Hermética hasta 30 metros, sus 44 mm de diámetro y 17 mm de espesor se adaptan bastante bien a la muñeca porque las asas para sostener la pulsera de piel de aligátor de Santoni marrón son móviles. Las grandes juntas de las pulseras son también un recuerdo de los modelos históricos.

Leonardo Da Vinci buscaba la belleza divina con el uso de la proporción áurea y este equilibrio lo ha trasladado IWC a la esfera plateada de este reloj en el que la fecha retrógrada, el cronógrafo y el tourbillon están organizados de forma armónica. La firma relojera de Schaffhausen ha colocado el contador del crono a las 12, una posición muy habitual en la marca, y como cronometra 11 horas y 59 minutos este disco puede utilizarse como un lector de la hora adicional. El tourbillon no pasa desapercibido sobre las 6 horas y para indicar la fecha retrógrada ha dibujado un contador con forma de abanico entre las 8 y casi las 11 h.

El fondo de la caja es de cristal de zafiro y al girar el reloj queda expuesto ante las miradas curiosas el nuevo mecanismo cronógrafo automático flyback manufacturado, calibre 89900, con un tourbillon volante que solo tiene un puente, el inferior. Para esta gran complicación, IWC ha incorporado un sistema de parada técnicamente complejo para ajustar la hora con la precisión de un segundo. Cuando se tira de la corona, dos palancas presionan como si fueran unas pinzas el aro del volante, bloqueando el mecanismo formado por el volante, el rodaje y las agujas. El volante es de Glucydur y palpita a 28.800 revoluciones/hora

Aunque el movimiento reúne tres complicaciones, la reserva de marcha de este mecanismo es de 68 horas porque IWC ha diseñado el áncora y su rueda con una nueva geometría y ha fabricado estos elementos estratégicos con silicio revestido de diamante porque reduce el rozamiento y hay menor resistencia. Esta tecnología se llama Diamond Shell.

Por Purificación Álamo

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