Jaeger-LeCoultre
Reverso Tribute Chronograph
La complicación deportiva por excelencia
Por Ernest Valls
La Manufactura de Le Sentier presenta un nuevo reverso que luce un inédito calibre con funciones de cronógrafo –dotado de contador de minutos retrógrado– y segundo huso horario.
El Reverso, presentado en 1931, fue uno de los primeros relojes diseñados específicamente para su uso deportivo, gracias a una caja giratoria concebida para protegerlo de posibles golpes en los campos de polo. Sin embargo, su atractivo –con una estética Art Déco eterna– se ha extendido mucho más allá del mero ámbito deportivo.
Durante el pasado salón ginebrino de Watches & Wonders, Jaeger-LeCoultre presentó dos modelos Reverso Tribute Chronograph, uno con caja de acero y otro de oro rosa– como homenaje a las raíces del Reverso, que incorporan la complicación deportiva por excelencia: el cronógrafo. Para la ocasión, la manufactura ha desarrollado un nuevo movimiento, el calibre 860, que además de la función de cronógrafo –con un contador de minutos retrógrado– ofrece un segundo huso horario.
La caja del Reverso se mantiene fiel a la estética primigenia del Art Déco. El fondo de la tapa está finamente decorado con un patrón de rayos de sol.
Dos esferas, dos estéticas
El Reverso Tribute Chronograph ofrece dos esferas, cada una de ellas, con una estética singular. La esfera frontal presenta todas las referencias de la línea Reverso Reverso Tribute, empezando por su minutería tipo ferrocarril impresa en toda la periferia, salpicada por las indicaciones horarias, aplicadas, biseladas, finalizadas en punta y señalando al centro de la esfera. Como es habitual, el índice de las doce horas es doble. Las agujas, con su clásica forma “dauphine”, discurren sobre la superficie tornasolada pulida de la esfera. Cada modelo presenta un color de esfera en consonancia con el material de la caja. El tono frío de la caja de acero se complementa con una esfera “grisazulada”, un sofisticado color que se consigue gracias al innovador proceso ADL (depósito por capas atómicas), en el que se depositan capas extraplanas de óxido de titanio. El sutil brillo de la esfera de color negro intenso crea un noble contraste con la riqueza de la caja de oro rosa. El clásico diseño Art Déco de la esfera, limpio y sencillo, es tan sutil que no deja entrever la complejidad mecánica que oculta debajo.
La versión en caja de acero se presenta con una esfera “grisazulada”, mientras que la versión con caja de oro se ofrece con una esfera negro intenso. En ambos casos, la superficie es tornasolada pulida.
La esfera trasera ofrece una estética totalmente diferente. Si el frontal es clásico, delicado y diáfano, la trasera es técnica y sofisticada. Por una parte, las agujas centrales ofrecen un segundo huso horario, mientras que, a la altura de las seis horas, encontramos el contador retrógrado de 30 minutos del cronógrafo. Un aro, a juego con el material de la caja, incorpora una “minutería” –de hecho, muestra el cómputo de los segundos del cronógrafo– que combina índices de tipo bastón impresos de color negro con índices rectangulares impresos de color rojo. Al aro de la “minuteria” le sigue otro aro de color negro con los numerales arábigos impresos en intervalos de cinco. La misma estética, salvo los índices coloreados de rojo, se aplica al contador retrógrado –en forma de arco, lógicamente– de 30 minutos del cronógrafo. Las agujas del segundo huso horario son de tipo “dauphine”, a juego con el tipo de caja, mientras que las correspondientes a la indicación del cronógrafo son de color azul. La trotadora es de tipo bastón con un contrapeso circular, mientras que la del contador de 30 minutos tiene forma de hoja.
La cara “oculta” del Reverso Tribute Chronograph muestra un segundo huso horario, así como el contador retrógrado de 30 minutos de la función de cronógrafo.
La eterna caja del Reverso
La caja, con independencia de la versión, tiene unas dimensiones de 49,4 milímetros de largo por 29,9 de ancho y un grosor de apenas 11,14; el conjunto ofrece una estanqueidad de 30 metros, equivalentes a una presión de 3 atmósferas y tiene un acabado pulido. La estética no se aparta un ápice de la caja habitual de todo Reverso. Sus líneas Art Déco lo definen a la vez que lo identifican, con la tríada de surcos habituales tanto en la parte superior como en la inferior. El fondo de la tapa está finamente decorado con un patrón de rayos de sol. Los pulsadores de las funciones del cronógrafo son rectangulares. La corona, discreta, presenta un fino acanalado en su contorno, mientras que el frontal aloja las iniciales de la marca –que a su vez forman su logotipo–, grabadas en relieve.
Los dos nuevos modelos están equipados con el calibre 860 de Jaeger-LeCoultre, basado en el calibre 829 de 1996, el primer movimiento de cronógrafo para caja rectangular de la manufactura.
Nuevo movimiento manufactura
En el interior de estas nuevas referencias –Q389257J, de oro rosa, y Q389848J, de acero– encontramos el nuevo calibre 860 de Jaeger-LeCoultre, basado en el calibre 829 de 1996; no sólo el primer movimiento de cronógrafo para caja rectangular de Jaeger-LeCoultre,
sino también el primer cronógrafo integrado de cuerda manual desarrollado desde cero en la era posterior al cuarzo. El nuevo calibre incorpora, a la función de cronógrafo, un segundo huso horario en su cara trasera.
El calibre 860 late a unas rápidas y contemporáneas 28.800 alternancias por hora –equivalentes a una frecuencia de oscilación de 4 Hz–, incorpora 38 rubies y ofrece una reserva de marcha de hasta 52 horas, nada desdeñables habida cuenta de la indicación retrógrada, de un segundo juego de agujas horarias y, claro está, de la propia función de cronógrafo. En cuanto a las características técnicas del cronógrafo, utiliza una rueda de pilares para la activación de las diferentes funciones –puesta en marcha, paro y puesta a cero–, y un embrague de tipo horizontal para la conexión y desconexión del rodaje horario y el del cronógrafo.
Más información en: jaeger-lecoultre.com