LOUIS VUITTON VOYAGER MINUTE REPEATER FLYING TOURBILLON
El tourbillon y la repetición de minutos son, seguramente, los dos mecanismos que mejor ejemplifican el savoir faire y la capacidad técnica de una manufactura. No en vano, su presencia en los guardatiempos actuales ya no se explica por su funcionalidad, sino por la belleza que son capaces de proporcionar —visual, en el caso del tourbillon; musical, en el de la sonería— y por el prestigio que confieren a las firmas que pueden acreditar su dominio.
La Fabrique du Temps Louis Vuitton es una de estas manufacturas, y lo ha vuelto a demostrar con el lanzamiento del Voyager Minute Repeater Flying Tourbillon, un reloj de estética contemporánea que nos desvela todos sus secretos técnicos gracias a una esfera en esqueleto.
El modelo utiliza la singular caja de la familia Voyager, que en esta ocasión está realizada en oro blanco de 18 K y presenta unas dimensiones más que contenidas, teniendo en cuenta las complicaciones que ofrece el movimiento que aloja: 42 mm de diámetro y solamente 9,7 mm de grosor. Se trata de una caja elegante y de gran personalidad, caracterizada por la forma de la carrura, a medio camino entre el cuadrado y el círculo, y por las facetas que dibuja su cara superior. En los laterales de la carrura encontramos una corona con forma de cebolla, a las tres, con unas finas estrías que facilitan su manipulación, y una discreta corredera, a las ocho, que permite activar la función de repetición de minutos.

Modelo Voyager Minute Repeater Flying Tourbillon
Caja y cierre de hebilla en oro blanco 18 K.

Modelo Voyager Minute Repeater Flying Tourbillon Paved
Con 113 diamantes engastados (~8,08 K).
Louis Vuitton nos propone dos versiones del reloj: la primera juega con el contraste entre superficies pulidas y satinadas, mientras que la segunda ha sustituido las facetas pulidas por un engaste de diamantes talla baguette, con un peso total de aproximadamente ocho quilates.
En el interior de la caja podemos encontrar el calibre de carga manual LV100, salido de La Fabrique du Temps Louis Vuitton, que late a 21.600 alternancias por hora y ofrece una nada menospreciable reserva de marcha de 100 horas. Está regulado por un tourbillon volante —es decir, carente de cualquier puente superior—, enmarcado por un bisel satinado y decorado con la inscripción “REPETITION MINUTES TOURBILLON LOUIS VUITTON”. Como es habitual en las creaciones de Louis Vuitton, la jaula del tourbillon está rematada con una gran “V”, que no solo es una evidente referencia al nombre de la marca sino que también permite utilizar este mecanismo como pequeño segundero, puesto que completa una rotación cada 60 segundos.



Este complejo mecanismo complementa la indicación visual de horas y minutos —a través de dos agujas centrales— con una función de repetición de minutos. A petición del usuario, el mecanismo ofrece la información horaria mediante dos timbres y dos martillos que combinan notas graves y agudas: una nota grave para las horas, una doble grave-aguda para los cuartos y una nota aguda para los minutos. Al tratarse de una sonería tipo catedral —los timbres de minutos y de la hora tienen una longitud correspondiente a 1 ½ y 1 ⅓ del diámetro del movimiento, respectivamente—, ofrece un sonido más profundo, con un tiempo de resonancia mayor respecto a la mayoría de sonerías.
Para subrayar el protagonismo del calibre, Louis Vuitton lo ha hecho visible por ambos lados. Así pues, la esfera es de cristal de zafiro transparente y cuenta con una sencilla decoración de líneas horizontales que rinde homenaje a una tela introducida por la firma en 1876. El círculo de la minutería está formado por unos simples bastones, aplicados sobre el cristal, mientras que los índices horarios son los propios de la línea Voyager en una de las versiones, y diamantes tipo baguette en la otra. El fondo de cristal de zafiro también deja a la vista el reverso del calibre, por lo que el portador del reloj puede admirar la danza de los martillos golpeando los timbres. La zona central, rodeada por un arco donde puede leerse la leyenda “La Fabrique du Tempos Louis Vuitton”, contiene un disco dedicado a la personalización, donde el propietario puede grabar sus iniciales.
Completa la imagen del reloj una elegante correa de piel de aligátor de color negro, con un cierre de hebijón en oro blanco de 18 K. En la versión Paved, la hebilla cuenta también con un engaste de diamantes.
