Aunque Maurice Lacroix es una firma relativamente joven, posee suficiente historia como para contar en su haber con una importante serie de desarrollos innovadores en el campo de la relojería. Desde principios de los años noventa la marca dio un importante paso hacia delante concentrándose en el desarrollo de funciones adicionales en los mecanismos de sus relojes.

Los inicios de la firma

Maurice Lacroix se remontan al año 1961, cuando se fundó el taller de ensamblaje en la localidad de Saignelégier, situada en la región suiza de Jura, por la compañía Desco von Schulthess AG, produciendo piezas como proveedor para otras marcas relojeras. No fue hasta catorce años más tarde cuando se presentó el primer reloj firmado con la marca Maurice Lacroix, presentado en Austria el año 1975.

Desde aquel momento la compañía comenzó a expandirse y concentró sus esfuerzos en conseguir consolidar su posición en los diferentes mercados internacionales. Una marca en expansión En 1976 Maurice Lacroix se introdujo en el mercado español, y en 1980 creó su propia empresa de distribución establecida en Alemania, y se lanzó la firma en Australia.

Entre 1983 y 1987 la red de distribución internacional comenzó a expandirse por Europa, llegando a Suiza en 1983, a los Países Bajos en 1986 y a Gran Bretaña en 1987. En el año 1989 la firma inauguró su propia fábrica en Saignelégier. Desde aquel momento la distribución de la firma se reorganizó y completó en la zona del este y el sur del Pacífico. Maurice Lacroix se lanzó en Japón, Hong Kong, Singapur, Malasia, Tailandia y Arabia Saudí.

Las inversiones de Maurice Lacroix

Desde 1994 la firma invirtió varios millones de francos suizos en ampliar y modernizar sus talleres. En 1995 Maurice Lacroix cruzó el océano y llegó a los Estados Unidos, y en 1999 se realizó una nueva inversión para expandir y renovar la fábrica de Saignelégier, gracias a lo cual resultó un incremento de la capacidad de producción, permitiendo a la compañía cubrir una mayor demanda a nivel internacional y garantizar la alta calidad de sus piezas.

La independencia de la firma

El 1 de octubre de 2001 Maurice Lacroix se independizó de su compañía fundadora, Desco von Schulthess AG para convertirse en una entidad legal independiente. El año siguiente la firma fundó su propia filial que se ubicó en Gran Bretaña. En el año 2005 la compañía celebró el 30 aniversario desde su creación como firma relojera, y el 15 aniversario del lanzamiento de su Masterpiece Collection.

El pasado año 2006 Maurice Lacroix presentó su primer movimiento manufacturado, que sumado a su producción propia de complicaciones supone un paso adelante para conseguir su objetivo: convertirse en una manufactura independiente.

Poder, orgullo y pasión

Maurice Lacroix posee un claro objetivo entre sus bases: preservar la larga tradición del arte de la relojería, además de crear y desarrollar sus propias complicaciones y movimientos movidos por la pasión por el detalle y la perfección. La identidad de la marca se basa en tres pilares: poder, orgullo y pasión. Maurice Lacroix asume el reto de contribuir al mundo de la relojería ofreciendo a los coleccionistas y a los amantes de los relojes piezas impresionantes y novedosas. Cada modelo de la firma supone una expresión de creatividad, artesanía y dilatada experiencia.

La importancia de la tradición

La definición que caracteriza a la marca Maurice Lacroix no se basa tan solo en la alta calidad de los materiales que usa para el ensamblaje de las piezas, sus movimientos mecánicos o los diseños característicos de la firma. Principalmente el espíritu de la firma reside en la pasión y la precisión de sus maestros relojeros. Es por ello que la compañía produce sus piezas de la misma forma en que tradicionalmente trabajaban los relojeros suizos desde los inicios de la industria.

Aunque las habilidades relojeras de los artesanos tradicionales son un elemento básico en la estructura y filosofía de la firma, Maurice Lacroix ha sabido avanzar en el tiempo e incorporar la alta tecnología en la producción y en el proceso de control de calidad sobre las piezas que realiza.

Nuevas tecnologías

En Montfaucon, situado en la región suiza de Jura y cerca de los talleres originales de Maurice Lacroix, se establecieron modernas instalaciones equipadas con la última tecnología para la producción relojera. Allí la firma asegura el control de cada detalle de sus relojes, y es donde se desarrollan y manufacturan las piezas mecánicas complejas.

El presente de la firma

En la actualidad Maurice Lacroix se ha convertido en una firma experta en el desarrollo de dispositivos retrógrados, cronógrafos e indicadores de fases lunares. Tras tres años de desarrollo, la firma lanzó en 2006 el calibre ML 106, el primer movimiento totalmente diseñado y producido en la casa suiza. Actualmente Maurice Lacroix produce 150.000 piezas anuales que salen directamente de su taller de Saignelégier.

Maurice Lacroix en el mundo

Con unos 200 empleados repartidos en diversos países, Maurice Lacroix ha ido conquistando poco a poco los principales mercados de la relojería internacional gracias a la apertura de sus propias compañías en Suiza, Alemania, Reino Unido y Estados Unidos, además de sus distribuidores a nivel internacional.En total, las piezas Maurice Lacroix tienen presencia en unos 3.300 puntos de venta seleccionados en todo el mundo y repartidos en un total de 60 países.

Este artículo ha sido publicado en el número 11 de la revista Máquinas del Tiempo.

 

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