OFFICINE PANERAI
TRADICIÓN FLORENTINA

Hoy en día, Officine Panerai es una de las firmas más reconocidas de la relojería y ofrece una amplia gama de guardatiempos que le ha valido un ejército de admiradores en todo el mundo. Sin embargo, su historia como marca comercial es relativamente reciente, y está precedida por un largo periodo en el que la casa se dedicó en exclusiva al suministro de relojes e instrumentos de precisión para la Marina italiana.
El nacimiento de Panerai como firma relojera se produce, de hecho, en los años 30, en un momento en el que la Italia de Mussolini pretendía extender su poder colonial por la ribera sur del Mediterráneo y hasta el Cuerno de África. Para lograrlo, destinó una gran cantidad de recursos a ampliar su flota militar y a modernizar todos los cuerpos de la Regia Marina, entre los cuales se encontraban los prestigiosos grupos de incursiones subacuáticas.
En 1935, el Ministerio de la Guerra italiano quiso equipar a los integrantes de dichos grupos con relojes que pudieran ser utilizados bajo el agua y en condiciones de nula visibilidad. Tras descartar varios modelos existentes en el mercado, finalmente decidió encargar la producción de un nuevo reloj a la compañía florentina G. Panerai & Figlio, que desde finales del siglo XIX había estado suministrándole todo tipo de instrumentos de precisión, como calculadoras mecánicas, profundímetros o brújulas. Más allá de la fructífera relación que mantenía con el Ministerio, Panerai ofrecía la ventaja de contar con una importante red de contactos entre las grandes manufacturas suizas, tejida a través de la Orologeria Svizzera, la relojería que la familia regentaba en el Palazzo Arcivescovile de Piazza San Giovanni.

Fachada de la Orologeria Svizzera, la relojería regentada por la familia Panerai en Piazza San Giovanni, Florencia.

Modelo Radiomir S.L.C. (PAM0049), hecho a imagen y semejanza de los primeros prototipos de Panerai.
Asociación con Rolex
Para poder satisfacer los requerimientos del Ministerio de la Guerra italiano, G. Panerai & Figlio se puso en contacto con Rolex, firma pionera en la fabricación de cajas herméticas. La manufactura ginebrina le ofreció la referencia 2533, creada a partir de una caja de tipo cojín para reloj de bolsillo a la que se habían soldado unas sencillas asas de alambre para fijar una correa.
Panerai recibió los primeros 19 prototipos del reloj en junio de 1936. Estaban elaborados en acero —a diferencia de la referencia 2533 original, que era de oro de 9 K— y contaban con un calibre de la manufactura ginebrina. La casa italiana se encargó del diseño y la fabricación de la esfera, que era de color negro y combinaba índices de bastón —en las horas cardinales— y de punto. Todos ellos estaban recubiertos, igual que las agujas, de Radiomir, una pasta luminiscente que había sido patentada por G. Panerai & Figlio en 1916, y que ofrecía una excelente visibilidad bajo el agua.
Aunque Rolex continuó enviando prototipos a Panerai durante los dos años siguientes —solamente las esferas eran fabricadas en Italia y posteriormente mandadas a Suiza para su montaje—, no fue hasta 1938 cuando el Panerai Radiomir entró en servicio en la Regia Marina italiana para equipar a los hombres rana y a los miembros de la fuerza Gamma, conocidos por pilotar los torpedos de baja velocidad coloquialmente conocidos como “maiali”.
Estos primeros modelos oficiales introducían importantes modificaciones respecto a los prototipos anteriores que los hacían más adecuados para su uso en misiones submarinas. La esfera, por ejemplo, incorporó unos grandes índices de bastón, que en las horas cardinales se convertían en numerales arábigos. Poco después, Panerai introdujo el sistema de esfera en sándwich, que hoy es todo un emblema de la firma: el Radiomir se aplicaba sobre un disco de latón ubicado bajo la esfera de aluminio, en la cual se realizaban los índices y numerales en troquel. De este modo, el trazo de los índices era mucho más limpio y se podía aplicar una capa más gruesa de material luminiscente.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Panerai suministró al Ministerio de Guerra de su país todo tipo de instrumentos, desde visores nocturnos para armas hasta calculadoras para expulsar torpedos, y también equipó a los submarinistas de la X Flottiglia MAS, que tuvieron un papel importante en las operaciones militares de la Marina italiana. Además, en 1943 la casa italiana empezó a trabajar en un cronógrafo, el Mare Nostrum, destinado exclusivamente a los oficiales de cubierta. Sin embargo, la inminente capitulación italiana y la posterior invasión alemana del norte de Italia impidieron que pasara de la fase de prototipo.
Tras finalizar la guerra, y apenas se hubo recuperado del espolio de sus instalaciones por parte de la Wermacht, Panerai retomó su actividad para afrontar nuevos encargos de la Marina Militare italiana, heredera de la Regia Marina. En 1949 G. Panerai & Figlio desarrolló y patentó el Luminor, una nueva pintura luminiscente derivada del tritio, para empezar a sustituir paulatinamente el Radiomir, que era potencialmente peligroso para la salud a causa de su alto nivel de radiactividad y además provocaba la decoloración de las esferas, que con el tiempo adquirían un color marrón claro. Asimismo, también las cajas fueron objeto de un rediseño que tenía como objetivo hacerlas más resistentes. La modificación más evidente fue la sustitución de las asas de alambre por otras más robustas, fresadas a la carrura.
A lo largo de los años 50, la Marina italiana continuó encargando, en pequeñas cantidades, instrumentos de precisión y relojes a Panerai, y a mediados de la década se le unió eventualmente la Marina egipcia, que adquirió 30 o 40 ejemplares de un reloj prácticamente igual al que se suministraba a la Marina Militare italiana excepto por el grosor ligeramente menor de la caja. Hoy se conoce con el nombre de “Piccolo Egiziano” y es muy apreciado por los coleccionistas por la poca cantidad de ejemplares en buen estado que existen.

Ejemplar de la década de los 30, con las características asas de alambre.

Panerai de los años 40, con las asas fresadas a la carrura.
Año de cambios
En 1956, Panerai puso las bases de lo que hoy conocemos como “caja Luminor” con la introducción de la patente para un “mecanismo de sellado hermético para botones de control de instrumentos, en particular para las coronas de puesta en hora y armado de la corona”; una pieza semicircular de acero que protegía la corona de posibles golpes, a la vez que evitaba su giro accidental. Por otra parte, ese mismo año la casa italiana puso fin a dos décadas de relación con Rolex y empezó a fabricar sus propios relojes, aunque usando calibres de otras firmas especializadas como Angelus.
El primer modelo de estas características fue el “Egiziano” —también fue realizado por encargo del Gobierno egipcio—, un robusto reloj de 60 mm que incorporaba el nuevo protector de la corona y, por primera vez, un bisel giratorio para medir el tiempo de inmersión. Un calibre Angelus le proporcionaba una reserva de marcha de ocho días.
La producción de relojes por parte de G. Panerai & Figlio continuó durante años, aunque siempre en pequeñas cantidades, pero la situación de la empresa dio un vuelco en 1972 con la muerte sin descendencia de su director, Giovanni Panerai. La familia prefería centrar sus esfuerzos en la tienda de relojes del Palazzo Arcivescovile pero, en cambio, la compañía tenía un gran interés estratégico para el gobierno italiano. Por ello, propuso para el cargo al ingeniero industrial y oficial de la Marina Militar Dino Zei, quien había sido durante años responsable de armamento y explosivos de la sección de comandos de la Armada y conocía perfectamente la firma florentina.
En sus manos, la casa toscana —ahora oficialmente denominada “Officine Panerai”— continuó suministrando instrumentos de precisión a la Armada italiana durante unos años, y en 1980 incluso creó un nuevo prototipo de reloj de submarinismo en titanio capaz de soportar una profundidad de 1.000 metros, que por alguna razón jamás llegó a fabricarse en serie.
Sin embargo, los encargos de la Marina Militar escaseaban cada vez más, y a principios de los años 90 era imprescindible dar un golpe de timón para salvar la empresa. Fue entonces cuando Dino Zei pensó que una reedición de los viejos relojes de la firma podía encontrar su sitio en el mercado relojero. Así pues, en 1992 empezó a recopilar todo el material posible y se puso a trabajar en la reproducción de los viejos relojes de combate de la Marina Italiana. Para crear la primera colección de relojes de Officine Panerai, el equipo de diseñadores cogió como base el cronógrafo Mare Nostrum, que no había llegado a materializarse en 1943, y una de las versiones de los años 50 —que denominó “Luminor”—, con sus asas robustas y su característico protector de la corona.
Tras más de un año de trabajo, el 10 de septiembre de 1993 Officine Panerai presentó sus tres primeros modelos, en sendas ediciones limitadas, en un evento celebrado a bordo del crucero “Durand De La Penne” de la Armada Italiana, amarrado en el puerto militar de La Spezia.
El buque insignia de esta primera colección era, sin duda, la referencia 5218-201/A —hoy conocida con el sobrenombre “Logo”—, que presentaba una caja idéntica a la de los modelos de finales de los años 50 salvo por su tamaño de 44 mm. Los otros modelos inaugurales fueron el Luminor Marina y el antes citado Mare Nostrum, en una reducida versión de 42 mm.

Modelo de los años 50, con el protector de la corona patentado por Panerai.

Esquema del protector de la corona propio de la caja Luminor, tomado de la patente de 1956.
Panerai se da a conocer
No puede decirse que los primeros pasos de Officine Panerai en el mercado relojero fueran fáciles. La firma apenas era conocida fuera de los ambientes militares y del coleccionismo, y además contaba con una distribución muy limitada, de modo que sus relojes tenían una escasa presencia en las joyerías italianas. Todo ello se traducía en unas pobres ventas que ponían en duda su viabilidad.
Sin embargo, la firma toscana tuvo su golpe de fortuna en 1995, cuando el actor Sylvester Stallone descubrió casualmente el Luminor durante el rodaje en Italia del film “Daylight”. Stallone quedó tan prendado del reloj que se compró un ejemplar para él y encargó una serie de 12 modelos con la leyenda “SlyTech” inscrita en la esfera y su firma en el fondo. En respuesta, Panerai crearía para él el modelo Luminor Submersible, un reloj inspirado en el Luminor. De este modo empezaba una fructífera relación que convertiría a Stallone en el principal embajador mundial de la marca. Sly no solo lucía visiblemente su reloj en la película, sino que regaló varios ejemplares a amigos suyos como Arnold Schwarzenegger, que a su vez lo utilizó en su film “Eraser”. Además, Stallone colaboró en la creación de una nueva serie denominada “Daylight”, caracterizada por su esfera blanca con índices luminiscentes de punto.
Esta inesperada promoción hizo que el gran público se interesara por Panerai, y las ventas empezaron a crecer hasta el punto de llamar la atención del grupo de lujo Vendôme —actualmente, Richemont—, que a principios de 1997 se hizo con la propiedad de la marca toscana.
A pesar de las ventajas de formar parte de un gran grupo, Panerai tenía aún mucho trabajo por delante, puesto que carecía aún de una colección sólida y su red comercial era prácticamente inexistente. El responsable de crearla fue Angelo Bonati, el nuevo director de ventas de la casa, quien recorrió toda Italia para dar a conocer la firma entre los profesionales. Para su sorpresa, las 1.000 unidades del Luminor lanzadas en noviembre de 1997 se vendieron en menos de una semana.
A finales de 1998, aprovechando un stock de 60 viejos calibres Rolex de los años 40, Panerai lanzó el PAM21, una exclusiva réplica de la referencia 3646 elaborada en platino, cuyos beneficios superaron incluso la inversión realizada por Vendôme para comprar la compañía. Como curiosidad, la esfera del reloj era de color marrón tabaco, la tonalidad que, con los años, tomaban las esferas negras de los relojes originales por efecto del radio. Como premio por su gestión, en el año 2000 Angelo Bonati fue nombrado CEO de Officine Panerai, cargo que mantendría hasta su jubilación en 2018.
En 2001, la compañía abrió una boutique en el número 16 de Piazza San Giovanni de Florencia, donde la familia Panerai había regentado la célebre Orologeria Svizzera, y un año más tarde inauguró, en Neuchâtel, una manufactura que le permitiría centralizar los trabajos de planificación, desarrollo y producción en un solo edificio.

Luminor Submersible Sly Tech, creado en honor a Sylvester Stallone. Formaba parte de una edición limitada a 200 ejemplares, de los cuales solamente se llegaron a fabricar 100 por la venta de la marca al grupo Vendôme.
Gran expansión
La llegada del siglo XXI marcó el inicio de la gran expansión comercial de Officine Panerai, que en pocos años inauguró boutiques en ciudades como Hong Kong, Portofino o Shanghái. Este crecimiento se apoyaba en una colección mucho más completa, en la que los relojes de carácter historicista se alternaban con modelos de corte más moderno, a menudo dotados de complicaciones. En cuanto a las cajas, Panerai usaba ya la mayoría de las que hoy conforman sus colecciones: la Radiomir, inspirada en los relojes de los años 30 y 40; la Luminor, con el clásico protector de la corona y las asas más robustas; la Luminor 1950, un rediseño de la anterior con una carrura ligeramente diferente y un cristal más convexo; la Luminor Submersible, con su bisel de submarinismo, y la del modelo Mare Nostrum.
En 2005, Officine Panerai dio un importante salto de calidad con la presentación de su primer movimiento de manufactura: el P.2002, un calibre de carga manual con tres barriletes que garantizaban una autonomía de ocho días, todo un homenaje al calibre Angelus introducido en 1956. Ese mismo año, la compañía llegó a un acuerdo con el fabricante italiano de deportivos de lujo Ferrari para la comercialización de relojes bajo el nombre “Ferrari Engineered by Officine Panerai”. Los modelos utilizaban una variante de la caja Luminor sin su característico protector de la corona, y sus esferas —en la que no figuraba el logotipo de Panerai— presentaban una imagen muy alejada de los cánones estéticos de la firma toscana. La colaboración se alargó durante cinco años, durante los cuales la casa relojera realizó más de 25 modelos. Sin embargo, Panerai no olvidaba sus orígenes marítimos, como demuestra el patrocinio, estrenado el mismo 2005, del Panerai Classic Yachts Challenge, el más importante circuito de regatas para yates clásicos.

El velero Eilean, comprado y restaurado por Panerai.

Modelo Lo Scienziato, creado en honor a Galileo Galilei en el 400º aniversario de sus observaciones astronómicas.
Mientras tanto, la manufactura de Neuchâtel continuaba horneando nuevos movimientos in house, como los calibres P.2003, P.2004 y P.2005, lanzados en 2007. Este último presentaba un tourbillon —el primero de la marca— lleno de particularidades técnicas, como la posición del escape respecto al volante o la rotación de 30 segundos de la jaula.
En 2006, Officine Panerai quiso rendir homenaje a su larga relación con el mar y compró el Eilean, un queche bermudeño construido en 1936, el mismo año en el que la casa toscana recibió sus primeros prototipos. Después de tres años de restauración, en octubre de 2009, el velero fue botado de nuevo, en una ceremonia celebrada en las instalaciones de la Armada italiana en La Spezia. La firma relojera quiso redondear su homenaje con una reedición del monumental Egiziano de 60 mm.
En 2010 se celebraba el 400º aniversario de las primeras observaciones del cielo del genio toscano Galileo Galilei (1564-1642). Como homenaje, Panerai le dedicó tres piezas de gran complejidad técnica: el Jupiterium, un reloj planetario con calendario perpetuo; L’Astronomo, que ofrecía indicaciones de ecuación de tiempo, y de las horas de salida y puesta del sol para la ciudad elegida por el comprador, y Lo Scienziato, un reloj en esqueleto con tourbillon y funciones de GMT, día/noche y reserva de marcha. Este último reloj destacaba tanto por la singular rejilla integrada en el calibre como por su gran caja Radiomir, que estaba elaborada en cerámica negra.
La experimentación de Panerai con nuevos materiales también dio como fruto el Radiomir Composite Marina Militare 8 Giorni, presentado ese mismo año, cuya caja estaba realizada con aluminio ceramizado, así como el Luminor Submersible 1950 3 Days Automatic Bronzo, el primer reloj de la casa con caja de bronce.

Radiomir 3 Days (PAM00791), con una singular esfera Art Déco inspirada en uno de los relojes de pared que se vendían en la Orologeria Svizzera.

Jean-Marc Pontroué, actual CEO de Panerai.
Nace una nueva colección
En 2012, Officine Panerai creó el Radiomir 1940, inspirado en los relojes suministrados a la Marina italiana a finales de los años 40 y principios de los 50, que ya prefiguraban las formas de lo que sería el Luminor: contaban con unas asas más fuertes y ergonómicas, fresadas en el mismo bloque de la caja, y con un bisel más ancho que ofrecía una mejor protección al cristal. Los primeros Radiomir 1940 tenían un diámetro de 47 mm y ofrecían indicaciones de horas, minutos y pequeños segundos.
Un año después, la firma toscana amplió su colección de movimientos de manufactura con la incorporación de tres nuevos calibres: el P.9100, el primer movimiento automático de la marca con función flyback; el P.9100/R, con función de cuenta atrás de regata, y el P.5000, un calibre de cuerda manual con una reserva de marcha de ocho días.
La necesidad de unir en un mismo edificio todos los procesos de desarrollo, fabricación, ensamblaje y control de calidad de los componentes y los relojes llevó a Officine Panerai a planear la construcción de una nueva manufactura. Inaugurado en 2014, el nuevo edificio estaba situado en la localidad de Pierre-à-Bot, en las afueras de Neuchâtel, contaba con una superficie de 10.000 m2 y tenía capacidad para 290 trabajadores, 160 más que la antigua manufactura.
2016 fue un año de grandes lanzamientos por parte de Panerai. Entre ellos, destaca el Radiomir 1940 Minute Repeater Carillon Tourbillon, un reloj de gran complejidad técnica que combinaba un tourbillon con una repetición de minutos capaz de indicar la hora local o de una segunda zona horaria cada hora, cada diez minutos o cada minuto. Además, la firma presentó la nueva caja Luminor Due, una evolución de la clásica Luminor 1950 que presentaba una carrura más esbelta.
En abril de 2018, Angelo Bonati se retiró y cedió el puesto de CEO a Jean-Marc Pontroué, procedente de Roger Dubuis. En sus 21 años en Officine Panerai, Bonati había convertido una firma casi desconocida en una de las marcas relojeras con más seguidores en todo el mundo.
Ese mismo año, Panerai sorprendió con el lanzamiento del Radiomir 1940 3 Days Acciaio – 47mm, dotado de una elegante esfera de estética Art Déco inspirada en uno de los relojes de péndulo que podían verse a principios de siglo XX en la Orologeria Svizzera. En el polo opuesto, la casa toscana también presentó una nueva versión de uno de sus modelos más complejos: L’Astronomo. Fabricado por encargo, L’Astronomo – Luminor 1950 Tourbillon Moon Phases Equation of Time GMT incorporaba dos nuevas funciones a las de su predecesor: un segundo huso horario y la indicación de fases lunares en el fondo. Además, introducía un original sistema de indicación de la fecha mediante el uso de cristales polarizados, en consonancia con una nueva estética mucho más contemporánea, deudora de su hermano Lo Scienziato.
En 2019, Officine Panerai reinauguró su sede de Piazza San Giovanni, en Florencia, tras una remodelación que aprovechó para construir su nuevo museo. En cuanto a las creaciones de la marca, fue el año del Submersible, que protagonizó buena parte de sus novedades. Entre ellas, destaca la serie de ediciones limitadas dedicadas al Luna Rossa, el velero que en 2021 optará a ganar la prestigiosa America’s Cup.
Y es que, más de ocho décadas después de su fundación, Officine Panerai sigue manteniendo una estrecha relación con el mundo del mar, el medio donde sus relojes de submarinismo demostraron sus prestaciones durante la Segunda Guerra Mundial. Desde entonces, la firma ha evolucionado hasta convertirse en una moderna manufactura capaz de realizar los mecanismos más complicados y cajas con materiales de alta tecnología, pero sigue manteniéndose fiel a sus orígenes, a su Florencia natal y, sobre todo, a los códigos estéticos de los relojes que durante décadas equiparon a los buzos de la Marina Militar italiana.