Aunque el Speedmaster de Omega es muy conocido por su alunizaje en 1969, el modelo original de 1957 –este año se celebra su 60º aniversario- es un reloj que entró en la historia por ser el primer reloj de pulsera con taquímetro en el bisel y no en la esfera. Aunque subió al espacio, su primera vocación fue el asfalto y los circuitos de competición automovilística.

Todas las versiones que Omega ha creado a lo largo de estos 60 años comparten un mismo estilo  y en el nuevo modelo Speedmaster Automático la conexión es significativa con el Speedmaser de 1968, del que ha “copiado” la escala de los minutos. Además, se presenta con esfera negra siguiendo la tradición de los cronógrafos de carreras en los que la legibilidad debía ser una exigencia. Por esta razón, las horas se remarcan con indicadores naranja e índices con forma de flecha recubiertos con Superluminova blanca y se ha incrementado el tamaño de los contadores, tanto el ubicado a las 9, en el que se contabilizan los segundos, como el de las 6 horas, en el que registra las horas y los 60 minutos –para una lectura más intuitiva del tiempo, e incluso se puede utilizar como un segundo huso horario-.

La caja de acero del nuevo Speedmaster Automático mide 44,25 mm, pero es más delgada que la de versiones anteriores gracias al cristal de zafiro más plano. El bisel de cerámica incorpora la escala taquimétrica en Liquidmetal® cepillado, complicación que está identificada con su nombre en naranja, el mismo color que Omega utiliza para destacar algunos elementos en la esfera.

El Speedmaster Automático está equipado con el calibre automático 9900 fabricado in house, uno de los mejores mecanismos desarrollados por la marc,a que fue presentado el año pasado dando vida al Seamaster Planet Ocean Master Chronometer Chronograph. Es un mecanismo cronógrafo automático con rueda de pilares y escape Co-Axial, espiral de silicio, 2 barriletes que almacenan energía para 60 horas y una frecuencia de 28.800 alternancias/hora. Lo más destacado del calibre es que ha superado las 8 pruebas a las que ha sido sometido por el METAS (Swiss Federal Institute of Metrology) y por lo tanto ha conseguido el certificado Chronometer, un garante de la precisión y la resistencia al magnetismo de este mecanismo.

La pulsera de piel con caucho con microperforaciones realizadas con una fresadora es el último toque deportivo a este reloj de espíritu racing.

Por Purificación Álamo