La empresa de relojería Officine Panerai comenzó en el siglo XIX con la apertura de una tienda especializada en Florencia, aunque la empresa no fabricó su primer reloj propio hasta 1938. Ese año la empresa Guido Panerai & Figlio pasó a llamarse Officine Panerai, creando el primer prototipo de un reloj con diseño totalmente innovador. Se trataba de una pieza con movimiento Rolex, y estaba destinado a una unidad especial de la Marina Real italiana, convirtiéndose Panerai en proveedor oficial de la Marina fabricando instrumentos de tecnología avanzada con un extraordinario nivel de precisión para la medición del tiempo.
Los orígenes de Panerai
La saga de la familia Panerai comenzó a mediados de 1800 en Florencia. Muchos de los documentos que señalaban las fechas exactas de la historia de la familia se perdieron durante la inundación de la ciudad de Florencia en 1966, por lo que se desconoce el año exacto en que se inició la andadura de la marca. Sobre 1850, Giovanni Panerai (1825-1897) abrió una pequeña relojería en una de las casetas edificadas sobre los pilares del puente de las Gracias (ponte alle Grazzie).
Fue la primera relojería de la ciudad de Florencia, y en ese periodo se iniciaron los contactos con las más antiguas y prestigiosas fábricas suizas. En 1876, por motivo de las obras de ampliación del puente, las casetas fueron demolidas y la relojería se trasladó. Desde ese momento el establecimiento tuvo varias localizaciones, y pasó de la via Cavour a la via Cimatori, la via le Volta, la via Bixio, la via Amici, y la piazza Galileo Ferraris, hasta instalarse definitivamente en el palacio Arzobispal, junto al Duomo de Florencia.
A Giovanni le sucedió su hijo Leon Francesco, y posteriormente su nieto, Guido, quien amplió el negocio iniciado por su abuelo. Tras la muerte de Guido en 1934, sus hijos Giuseppe y Maria continuaron la labor familiar, y mientras Giuseppe ampliaba el negocio dedicándose casi exclusivamente a suministrar equipamientos a la Marina militar italiana, su hermana Maria se dedicaba al negocio de la piazza del Duomo. Actualmente, tras la desaparición de los dos hermanos, quien dirige las actividades de la familia es Maria Teresa Abetti Panerai, viuda de Giuseppe, que desde los años 80 guía con gran competencia y pasión el célebre negocio transmitido de generación en generación.
La evolución de la empresa
Desde su establecimiento en la piazza del Duomo, el pequeño negocio fundado por Giovanni Panerai se convirtió en una auténtica empresa, evolucionando de ser un simple punto de venta, a incluir un gran almacén de piezas de recambio, accesorios y utensilios para mecánica de precisión, incorporando un taller para la reparación, que acabó constituyendo la primera escuela de relojería de Florencia dado que en la ciudad no existían cursos específicos de formación relojera. En aquella época los relojes que llegaban desde Suiza lo hacían desarmados y había que ensamblarlos, por lo que creó el taller que a su vez suministraba a muchos otros relojeros de la Toscana. El nombre que se usaba en la empresa era Orologeria Svizzera (relojería suiza), término acuñado por Guido en el año 1900, dado que Panerai sostenía que no se podía pensar en el reloj sin que viniese a la mente su patria, es decir, Suiza.
Una de las novedades revolucionarias que introdujo Guido a principios del siglo XX fue promover el ámbito de la comunicación en su negocio a través de la impresión de 50.000 copias de un catálogo de Panerai de periodicidad semestral que se distribuía a las empresas y clientes lejanos para que pudieran hacer sus pedidos desde la distancia.
Panerai con la Marina Real italiana
El renombre que adquirió la empresa con los años, además de la seriedad profesional que la caracterizaba, hicieron que la Orologeria Svizzera se convirtiera en el concesionario de algunas de las marcas suizas más importantes, como fue el caso de Rolex, con la que mantuvo relaciones muy estrechas, además de Vacheron Constantin, Longines, Angelus, Buren, Movado y Patek Philippe. Pero en los talleres situados junto a la catedral florentina no se limitaron a vender relojes al público y se inició una nueva y fructífera etapa para la futura marca. Así comenzó su relación con la Marina Real, a la cual se le suministraron relojes de bolsillo de precisión y cronógrafos, y para la cual se modificaron algunos mecanismos con el fin de responder a las especificaciones técnicas requeridas por los militares.
Todo comenzó cuando sobre el año 1920, Guido y Giuseppe Panerai idearon el “Mare Nostrum”, un nuevo tipo de cronógrafo, que fue ofrecido a la Marina para que lo sometiera a pruebas técnicas con vistas a futuros suministros. Los primeros suministros al Ministerio de Defensa comenzaron a principios de 1900, cuando Guido Panerai se hizo cargo del negocio de su suegro, Antonio Fracei, que producía objetos de aprovisionamiento para el ejército. Desde el taller de la familia Panerai nació la Guido Panerai ottica e mecanica di precisione, y los meses precedentes a la primera Guerra Mundial Panerai comenzó a suministrar a la Real Marina italiana productos muy sofisticados tecnológicamente, como las miras Ronconi con Radiomir, cuya principal característica era su fuerte luminosidad permitiendo el uso de armas en la más absoluta oscuridad.
La colaboración entre Officine Panerai fue más allá de las miras, y la empresa florentina empezó a realizar otros mecanismos de precisión, como calculadoras mecánicas, visores para el lanzamiento de torpedos y diversos dispositivos de tiempo para la explosión de torpedos y minas.
La relación entre la Marina y la familia Panerai se intensificó durante la segunda Guerra Mundial gracias al suministro de una serie de productos que iban desde los relojes hasta las brújulas, además de los dispositivos de tiempo, puntería, iluminación y señalización. Al final del segundo conflicto mundial, a la patente del Radiomir, un sistema de luminiscencia conseguida a través de una mezcla de zinc, sulfatos y bromuro radio y que data de 1914, se sumaron las de las marcas Translux, Flux y Luminor para definir nuevos productos luminiscentes, fluorescentes y similares. Todavía en la actualidad la empres florentina proporciona a la Marina Militar italiana una oferta de aparatos de uso naval, terrestre o subacuático, y todos los barcos incorporan un electroseñalador al que se denomina Panerai debido a la familiaridad que existe entre la marca y el mundo del mar.
Los relojes del ejército
Cuando nacieron los relojes Radiomir Panerai formaban parte de un proyecto militar cuyo desarrollo se realizó con la máxima confidencialidad. La Marina italiana se puso en contacto con la firma después de 1935, tras una serie de pruebas fallidas sobre relojes existentes en el mercado, y la empresa florentina entregó un ejemplar de reloj Radiomir que demostró ser excelente en todos los aspectos. A partir de 1938 los relojes Radiomir de Panerai entraron en servicio permanente con la Marina Real italiana, destacando en las muñecas de los comandos y miembros de la fuerza “Gamma”, quienes montando los torpedos de baja velocidad con hombres o “maiali”, o nadando como hombres rana, llevaron a cabo con éxito un gran número de misiones de ataque contra barcos enemigos
en la segunda Guerra Mundial.
Estos primeros relojes Panerai no incluían ninguna indicación en su esfera, y estaban construidos a partir de una caja y mecanismo que se habían realizado y suministrado en exclusiva por Rolex, incrementados con las especificaciones técnicas que Giuseppe Panerai había incluido en las piezas. Los Panerai fueron los primeros relojes subacuáticos profesionales de la historia, y con el tiempo se reforzó la caja y se introdujeron mejoras en la esfera, sobre la que se aplicó la tecnología con los tubos de Radiomir de forma que los números árabes brillaban en la oscuridad total. Posteriormente, para garantizar el cierre hermético a toda prueba se modificó la corona de la pieza, que originalmente era a rosca, insertándola en un dispositivo aplicado en el lateral de la caja.
La palanca levantada permitía la carga y puesta en marcha del reloj, y una vez bajada apretaba la corona coaxialmente contra la propia caja, impidiendo cualquier infiltración. El movimiento que se utilizaba principalmente tenía un calibre Angelus con una reserva de marcha de 8 días reduciendo la frecuencia con la que era necesario utilizar la corona y minimizando el riesgo de filtraciones de agua por ese lugar, el punto más delicado de los relojes subacuáticos. El dispositivo protector de la corona es un rasgo característico único a los relojes Panerai, detalle técnico que ha sido patentado como Marca Registrada.
El reloj era una pieza indispensable para la sincronización de las operaciones militares, pero Panerai también colaboró con la Marina a través de otros instrumentos igualmente importantes, como fueron el profundímetro y la brújula. Gracias al profundímetro los operadores subacuáticos podían verificar la evolución del fondo marino y conseguían orientarse durante las misiones, además de controlar las cotas de profundidad alcanzadas, evitando así el riesgo de desmayos por haber descendido demasiado. La brújula era el instrumento que permitía navegar y moverse incluso a ciegas en las aguas fangosas de los puertos.
Para ello, Panerai desarrolló varios tipos de brújulas caracterizadas por su fuerte protección contra los influjos que las grandes masas metálicas podían ejercer sobre laaguja magnética. Estos instrumentos se realizaron en versión de pulsera, con una gran tapa de plexiglás y una larga correa de cuero troquelado que se abrochaba sobre el traje de goma. La producción exclusivamente militar de los relojes Radiomir y Luminor se reanudó principios de los años 50 gracias al suministro de algunos modelos especiales a la Marina egipcia, y en 1993 los talleres Panerai realizaron una versión del Luminor y una del Mare Nostrum, un prototipo de cronógrafo realizado a principios de los años 40, destinadas al mercado civil.
Desde 1997, con la adquisición de Officine Panerai por el Vendôme Luxury Group, el mítico reloj de la Marina italiana fue enriquecido en contenidos técnicos y funciones, respetando sus especificaciones técnicas militares originarias. En el año 2002 se inauguró la manufactura Panerai en Neuchâtel, y se creó el primer movimiento propio de la marca.
La manufactura suiza
Situada frente al lago de Neuchâtel, en el corazón de la ciudad suiza del mismo nombre, la manufactura Officine Panerai reúne todas las actividades de la marca relojera. Desde la investigación y el desarrollo hasta la transformación de movimientos y el montaje de varios de los componentes que conforman el reloj, en la manufactura se controla paso a paso toda la producción de un reloj Panerai, concluyendo con las pruebas de calidad y resistencia al agua que se exige a todas sus piezas.
La región de Neuchâtel posee una gran tradición relojera que disfruta de un incomparable saber hacer en el mundo de la técnica y la relojería, características que se reflejan también durante toda la historia de la marca Panerai, cuya finalidad consiste en construir relojes fiables bajo severos criterios de producción siguiendo los pasos de la tecnología suiza y el diseño italiano.
La actualidad de la marca
Officine Panerai está transformando en la actualidad la pasión por la innovación en avances mecánicos de puro valor, uniendo la técnica y el rendimiento bajo el símbolo de la máxima fiabilidad.
El Calibre P.2002 ha sido el primer movimiento concebido, diseñado y producido enteramente en los talleres de la manufactura de Panerai en Neuchâtel. Se trata de un logro al que se han dedicado años de investigación y experimentación para conseguir un movimiento de cuerda manual con un complejo diseño que integra una perfecta funcionalidad lineal a través de información práctica para el usuario. Esta información incluye la indicación de horas, minutos, segundos, fecha y un segundo huso horario, además de una función cuya tradición en la marca se remonta a los orígenes de Panerai, una reserva de marcha de 8 días.
La función de reserva de marcha de ocho días no es sólo una característica del Panerai Radiomir 8 Días GMT, el modelo que marca el debut del Calibre P.2002 de Panerai. También forma parte de las particularidades del Panerai Luminor 8 Días, una reedición en una serie limitada a 150 unidades del calibre Angelus de los años 1940, restablecido y modernizado para la época actual. Para aquellas personas que saben apreciar la belleza de la forma y el contenido del espíritu técnico de Panerai, disfrutar la sensación de llevar un reloj con el mismo movimiento que el que usaban las fuerzas especiales de la Marina italiana en el pasado, puede suponer toda una experiencia.
Panerai crea instrumentos de precisión perfectos, preparados para afrontar cualquier tipo de situación. Se trata de máquinas destinadas a un público con una sensibilidad especial para apreciar la importancia de la tradición y la tecnología, distinguiendo entre los efímero, como las modas pasajeras, y lo permanente, la sólida realidad basada en un diseño funcional. Los Panerai son relojes hechos para permanecer en el tiempo que miden sin defraudar jamás, tal como demuestra su incomparable historia en el mundo del mar y dentro del mercado de la relojería.
Este artículo ha sido publicado en el número 4 de la revista Máquinas del Tiempo.