PATEK PHILIPPE: RELOJES CON CALENDARIO ANUAL Y FASES DE LUNA
Hace más de 20 años que Patek Philippe patentó el su calendario anual, una de sus complicaciones útiles que desde 1996 se ha integrado en varios relojes. La firma ginebrina independiente recuerda esta patente mostrándola de forma elegante en dos modelos: las referencias 5396R y 5396G. El primer modelo esculpe su caja de 38,5 mm en oro rosa.
La referencia 5396G, sin embargo, está disponible en oro blanco.
Los dos modelos se equipan con un movimiento de carga automática, calibre 324 S QA LU 24H/303. Este compendio mecánico está compuesto por 347 piezas y representa tanto la tradición de la compañía ginebrina como los avances conseguidos con el silicio, como el volante Gyromax y la espiral Spiromax. El rotor central unidireccional de oro de 21 quilates arma de energía el mecanismo para que su reserva de marcha alcance las 45 horas. Su corazón palpita a 28.800 alternancias/hora.
Este mecanismo automático ofrece horas, minutos y segundos centrales y las indicaciones de día, fecha y mes a través de discretas ventanillas. Es un calendario anual porque solo necesita una corrección a finales de febrero. Esta complicación tan útil comparte protagonismo con las fases lunares, función que aparece rodeada por la indicación de las 24 horas.
Patek Philippe traslada la maestría mecánica a una esfera elegantemente organizada y armónica con las horas representadas con índices de oro. Su lienzo blanco opalino clasicismo más puro.
Además de estas versiones, Patek Philippe equipa con este calibre mecánico con calendario anual y fases de luna otros relojes. Se versiona con caja de oro rosa y esfera blanca opalina pero con números árabes; caja en oro rosa con esfera azul soleil y caja en oro blanco con esfera antracita. Los precios en euros están disponibles en la web de la firma relojera suiza.
La magia no tiene nada que ver. Cada reloj de Patek Philippe es el colofón de todos los retos mecánicos a los que ha hecho la manufactura ginebrina a lo largo de su historia, que nunca se rindió, ni siquiera cuando el cuarzo hizo temblar y casi derrumbó los cimientos de la relojería suiza tradicional. El esfuerzo tiene sus recompensas y cada celebración tiene un profundo significado, por los logros conseguidos y por el valor sentimental.
Por Purificación Álamo