RELOJ BUCEO GMT: TUDOR BLACK BAY GMT
Tudor ha ampliado este año la línea de relojes que de su buque insignia, Black Bay, con un reloj con una de las complicaciones más útiles para el mundo globalizado: el doble huso horario. El reloj Black Bay GMT ha nacido este año y ha sido nominado en el Gran Prix d’Horlogerie de Genève en la categoría Challenge, es decir, la categoría que premia los relojes suizos por debajo de los 4.000 CHF.
El despertar de Tudor ha sido glorioso. Tras estar durante décadas a la sombra de Rolex, resurgió como ave Fénix en 2005 y en 2015 comenzó a equipar sus relojes con calibres propios. Aunque esta relación con su hermana mayor no siempre perjudicó a Tudor.
El nuevo reloj Black Bay GMT ha tenido una excelente acogida entre los seguidores de la marca por varias razones. Una de ellas es la incorporación de la función GMT, una complicación bastante útil, pero además porque Tudor sigue rememorando su historia y revisitando modelos antiguos y, en una era en la que los relojes vintage están de moda, desde luego que es un plus añadido. Concretamente, el Black Bay GMT rescata la esfera de los relojes de submarinismo de Tudor de la década de los 50.
Tudor lanzó su primer reloj de buceo en 1954. Era la referencia 7922 y lo llamó Oyster Prince Submariner. El parecido con el nombre del reloj de buceo de Rolex es más que llamativa.
Estéticamente, la esfera del Black Bay GMT es muy parecida a la de su ancestro de 1954. Se diferencia básicamente porque el reloj de buceo contemporáneo tiene fecha y porque el revestimiento luminiscente es blanco en lugar de beige. Además, Tudor ha utilizado en esta nueva versión las agujas snowflake, que introdujo en sus relojes en 1969. La actual esfera es de color negro abombada y se protege con un cristal de zafiro, también abombado, en lugar que plexiglás con forma de domo, como la que tenía el primer reloj de buceo de Tudor.
La caja del nuevo reloj de buceo con función GMT de Tudor es de acero de 41 mm con bisel giratorio bidireccional con el disco de aluminio anodizado en burdeos y azul, en tonos mate. Este disco está grabado con la escala de 24 horas.
El tubo de la corona es por vez primera de acero satinado para que armonice con el acabado de la caja.
El reloj Black Bay GMT es hermético hasta 200 metros, es decir, tiene el doble de hermeticidad que la primera referencia de buceo de Tudor.
El brazalete también es de inspiración vintage, concretamente toma como referencia brazaletes de Tudor de las décadas de los 50 y 60 del siglo XX, que se caracterizaban por su estructura escalonada y porque tenían fijadas las cabezas de remache a los eslabones visibles. La inspiración es estética porque los nuevos brazaletes del nuevo reloj de buceo con GMT de Tudor están fabricados con los métodos más modernos que garantizan una mayor solidez. El Black Bay GMT con brazalete de acero cuesta 3.680 euros.
Pero el nuevo Black Bay GMT está disponible también con correa de cuero marrón Terra di Siena (su precio es de 3.390 euros) y también con pulsera de tejido negro con banda burdeos, valorado también en 3.390 €. Ha sido confeccionada por una empresa familiar de la región de Saint-Étienne (Francia) con la técnica Jacquard y se ha convertido en seña de identidad de Tudor.
CALIBRE MANUFACTURA TUDOR
En 2015, Tudor comenzó a equipar sus relojes con mecanismos manufacturados por la propia marca. Fue el punto de ruptura definitivo con Rolex. Para el nuevo reloj Black Bay GMT, la marca relojera suiza ha desarrollado el calibre manufactura MT5652. De carga automática, el nuevo mecanismo tiene una arquitectura flexible que le ha permitido integrar las funciones.
Tudor ha preferido eliminar los módulos, un aspecto que es muy valorado por los puristas. Es un mecanismo resistente y fiable que ha sido creado para perdurar en el tiempo.
Este nuevo calibre integrado de Tudor indica horas, minutos, segundos, fecha y segundo huso horario.
El calibre MT5652 sigue las directrices estéticas y acabados con los que el fabricante relojero suizo ha marcado la personalidad de sus movimientos. El rotor está troquelado y presenta un acabado satinado con detalles pulidos con chorro de arena; y los puentes alternan también acabado, pero estos han sido pulidos también con chorro de arena, pero además están decorados con láser.
Desde el punto de vista técnico cabe destacar algunas de sus características. El volante es de inercia variable y está fijado con un puente transversal con dos tornillos; bate a una frecuencia de 28.800 alternancias/hora. Su espiral es de silicio amagnético y Tudor ha sometido el calibre manufactura MT5652 a las pruebas del COSC por lo que cuenta con el certificado de cronometría. Por último, su reserva de marcha es de 70 horas.
Por Purificación Álamo