RELOJ CON FASE DE LUNA: LA MONTRE HERMÈS ARCEAU L’HEURE DE LA LUNE
La Montre Hermès lanza este año su nuevo reloj con complicación poética Arceau L’Heure de la Lune en dos ediciones limitadas y numeradas de 100 ejemplares.
Desde hace más de 100 años, Hermès mantiene vínculos con la relojería, pero desde que creó La Montre Hermès y se estableció en Bienne (Suiza), en 1978, comenzó a afianzar su legitimidad relojera. Se ha especializado en complicaciones poéticas: Le Temps Suspendu y L´heure Masquée, L’Heure Impatient… Este año, su reloj Arceau L’Heure de la Lune es una de las novedades relojeras destacadas del año.
Arceau L’Heure de la Lune es un reloj innovador en su concepción y diseño. La esfera, disponible en aventurina o meteorito, es un cosmos seductor que tiene como protagonista a la luna, representada por duplicado en nácar. La indicación de las fases de luna es una de las complicaciones más poéticas de la relojería y La Montre de Hermès le infunde un mayor simbolismo con su inédita forma de indicar el ciclo lunar.
Es poética técnicamente, pero también por su expresión plástica. El disco lunar de las 12 está decorado con un caballo alado, obra del dibujante Dimitri Rybaltchenko. El artista ha titulado su obra Pleine Lune y simboliza el pasadizo entre dos mundos en los que la magia y realidad se confunden. La representación de la luna que encontramos a las seis horas es realista y es la visión que del satélite se tiene desde el hemisferio norte. Aunque está en la parte inferior, es la luna del hemisferio norte.
La marca relojera le ha dado la vuelta al mundo y el sur está al norte y el norte desciende hasta el sur. Es una broma para animar a romper los cánones y entregarse a la ensoñación.
Las dos lunas están completamente estáticas y sus fases cambian con el movimiento de los dos contadores: uno indica las horas y los minutos y el otro muestra la fecha. En la esfera de aventurina, los subdiales están lacados en blanco y en el dial de meteorito, el lacado es en gris. La tipografía utilizada es la inclinada que La Montre Hermès utiliza siempre en los relojes de la colección Arceau.
Los dos discos orbitan y a su paso van indicando las distintas fases de la luna. Se asemejan a los satélites y en su viaje espacial, que dura 59 días, nunca pierden su posición horizontal.
La caja del reloj Arceau L’Heure de la Lune es el diseño que Henri d’Origny creó en 1978 y se caracteriza por sus asas asimétricas. Es de oro blanco de 43 mm con cristal de zafiro y estanca a 30 metros.
El reloj se equipa con el movimiento manufacturado por Hermès, el calibre H1837. Es mecánico de carga automática, compuesto por 193 piezas. La platina luce un acabado perlado y acaracolado y el rotor tiene su superficie satinada y está decorado con la inicial de la firma. La frecuencia de oscilación de su corazón es de 28.800 alternancias/hora.
La manufactura La Montre Hermès ha acoplado a este mecanismo el módulo poético L’Heure de la Lune para que la indicación horaria y la fecha jueguen a esconder a la luna. Este módulo está formado por 117 componentes, que han sido pulidos y granallados, y cuyo grosor es de unos 4,20 mm.
Con un grosor de tan solo 4,2 mm, sus 117 componentes pulidos y granallados se integran en un movimiento de manufactura Hermès H1837. Este logro técnico permite preservar la finura del chasis móvil, que tarda 59 días en sobrevolar completamente la esfera. Las lunas de nácar incrustadas en la piedra muestran las fases de los hemisferios norte y sur. Este misterioso juego de escondite oculta su complejidad, para interpretarlo a través de la imaginación.
La Montre Hermès ha lanzado el Arceau L’Heure de la Lune en dos series limitadas y numeradas de 100 relojes, una por cada tipo de esfera: meterorito (con pulsera de piel de aligátor mate en color grafito) y aventurina (con piel de aligátor mate en azul abismo).
Por Purificación Álamo