ROLEX OYSTER PERPETUAL SEA-DWELLER
Rolex lanzó en 1967 su reloj profesional de submarinismo Sea-Dweller con una impermeabilidad de 610 metros que duplicaba la de los relojes de su categoría en ese momento; además era el primer reloj de la historia que incorporaba válvula de helio, patentada por la marca.
En su 50º aniversario, Rolex revisa su clásico reloj profesional de buceo para seguir conquistando las profundidades. La nueva generación de relojes Rolex Oyster Perpetual Sea-Dweller tiene la caja una un poco más grande, de 43 mm; luce la lupa Cyclops sobre la fecha que mejora la lectura de esta función y se equipa con el calibre 3235, el mecanismo más vanguardista de Rolex con certificado de Cronómetro superlativo, certificación que la firma suiza estableció para sus relojes en 2015 a los que realiza unos test, según sus propios criterios, que son mucho más exigentes que los de organismos independientes. La cuarta novedad es que el nombre del modelo destaca por su color rojo en la esfera.
Rolex sigue utilizando en este reloj su caja impermeable Oyster que garantiza una hermeticidad a 1.220 metros. De 43 mm y de acero, la carrura mantiene su estructura monobloque que la hace robusta y se cierra como una ostra (de ahí su nombre). Esta impermeabilidad es posible también gracias al fondo acanalado herméticamente cerrado que solo puede ser abierto con una herramienta especial, y a la corona provista del triple sistema de seguridad Triplock y protectores tallados que se enrosca a la caja Oyster como si fuera la escotilla de un submarino. No podía faltar la válvula de helio que ha hecho famoso a este reloj, que regula la presión en el interior de la caja durante las fases de descompresión en caja hiperbárica y contribuye a la hermeticidad.
La caja impermeable no sería la misma sin el bisel giratorio unidireccional de Cerachrom de cerámica negra. La escala sexagesimal está grabada con un sistema de pulverización catódica magnetón, que se obtiene por Depósito Físico de Vapor (PVD) de una fina capa de platino. Este bisel, imposible de rayar, es el marco brillante de una esfera negra con grandes índices y agujas de oro blanco luminiscentes que con su color azul tienen gran visibilidad en la oscuridad durante mucho tiempo.

La esfera presenta dos novedades. Una de ellas es meramente estética: el nombre del modelo destaca con su color rojo en contraste con el negro del fondo de la esfera, pero la segunda es la gran lupa Cyclops de cristal de zafiro irrayable sobre la fecha posicionada a las 3 h que aumenta significativamente el tamaño de los números para hacerlos muy legibles.
La estética del Oyster Perpetual Sea-Dweller es inconfundible, pero tan importante como su gran personalidad es su corazón. Este reloj de buceo profesional da la bienvenida al calibre 3225, el movimiento de nueva generación desarrollado y manufacturado por Rolex que está respaldado por 14 patentes. Es la primera vez que Rolex incorpora este calibre en un reloj de su gama Profesional. El mecanismo es de carga automática e integra el escape Chronergy patentado, que saca el mayor rendimiento a la energía del reloj y asegura su buen funcionamiento. El volante de inercia variable late a 28.800 alternancias/hora e incorpora la versión optimizada de la espiral Parachrom azul, fabricada por Rolex en una aleación paramagnética que es diez veces más precisa, aunque el mecanismo sufra golpes, que una convencional. Su barrilete de nueva arquitectura suministra una reserva de energía de 70 horas. Este motor es un cronómetro superlativo cuya precisión tras el ensamblaje es de -2/+2 segundos al día.

El nuevo Rolex Oyster Perpetual Sea-Dweller luce el brazalete Oyster con cierre de seguridad Oysterlock y con un doble sistema de extensión, por un lado láminas de extensión Fliplock que permite alargar su longitud hasta 26 mm; y, por otro, el sistema Rolex Glidelock para un ajuste preciso mediante incrementos de 2 mm hasta un total de unos 20 mm.
