TAG Heuer

Carrera Plasma Diamant d’Avant-Garde Chronograph Tourbillon

Redacción

La mítica colección Carrera cumple este año 60 años de historia, y TAG Heuer ha querido celebrar esta particular boda de diamante con un espectacular chronógrafo negro mate, regulado por un tourbillon y decorado con muchas de estas piedras preciosas. Para ello, ha vuelto a recurrir a la revolucionaria tecnología Diamant d’Avant-Garde, presentada el año pasado, que permite cultivar en laboratorio diamantes con formas personalizadas, mediante la deposición química en fase de vapor (CVD).

La característica caja del Carrera, con su bisel plano y sus estilizadas asas facetadas, se presenta para la ocasión con un diámetro de 44 mm y elaborada en aluminio negro anodizado y granulado. Tanto el bisel como las asas y la carrura tienen un engaste de 82 diamantes de las formas más imaginativas, especialmente seleccionados para el reloj. Más impresionante aún, la corona está elaborada a partir de un único diamante de 2,5 quilates, también cultivado en laboratorio. Está flanqueada por dos clásicos pulsadores de base redonda, realizados en acero DLC. El fondo atornillado presenta un grabado con algunas de las características principales del reloj: el nombre de la marca y la colección, la hermeticidad (que en esta ocasión es de 100 metros de profundidad, algo nada habitual en modelos con diamantes) y la leyenda “Swiss made since 1860”, en referencia al año de fundación de Uhrenmanufaktur Heuer AG, en Saint-Imier. En la zona central, una gran ventana circular de cristal de zafiro permite admirar las evoluciones del calibre que late en el interior de la caja.

Si la caja presenta un vanguardista engaste de diamantes Avant-Garde, para la esfera se ha optado por recubrir toda su superficie de diamante policristalino, creado mediante el cultivo de un gran número de cristales como si fueran un único diamante. Esta técnica –otra de las aplicaciones de la tecnología CVD– permite lograr un efecto de luces y reflejos que recuerda a un “pavée” de pequeños diamantes. Los dos contadores del cronógrafo –totalizador de 30 minutos, a las 3, y de 12 horas, a las 9– cuentan con un disco central de diamante policristalino negro, enmarcado por un bisel cóncavo de color negro mate. En cuanto a los marcadores horarios, se han utilizado diamantes blancos de laboratorio, aplicados sobre una base de oro blanco. Todos ellos están complementados por sendos rectángulos luminiscentes, ubicados sobre el realce negro que también aloja la escala de minutos y segundos. Las agujas de horas y minutos –las propias de la colección– están chapadas en rodio con lacado negro mate y también cuentan con un recubrimiento de Super-LumiNova blanca en la zona interior para facilitar la lectura horaria en condiciones de poca luz. La trotadora central del cronógrafo es un fino estilete rodiado, que se ensancha progresivamente desde la punta para formar un discreto contrapeso. No podía faltar el logotipo de la firma, a las 12 horas, acompañado por el nombre de la colección.

En la parte trasera del reloj, una gran ventana circular de cristal de zafiro permite admirar las evoluciones del calibre que late en el interior de la caja.

A las 6 horas, en lugar del habitual segundero horario encontramos una gran abertura que nos permite admirar el tourbillon que regula el calibre de manufactura Heuer 02 Tourbillon Nanograph, y cuya velocidad de rotación –un giro completo cada 60 segundos– permite utilizarlo como segundero horario.

El Heuer 02 Tourbillon Nanograph es un movimiento de carga automática por rotor central, con función de cronógrafo con rueda de pilares y embrague vertical, que cuenta con la certificación de cronómetro otorgada por el COSC. Contenido en la jaula del tourbillon, su conjunto volante/espiral late con una frecuencia de 28.800 alternancias por hora, por lo que la trotadora central realiza ocho saltos por segundo (que explican las tres subdivisiones de la escala de segundos). Está equipado con el nuevo muelle espiral de nanotubos de carbono creado por TAG Heuer, que presenta la mayoría de calidades del silicio (garantiza una excelente precisión y no se ve afectado por los campos magnéticos ni por las variaciones de temperatura) y, además, ofrece una mayor resistencia a los golpes. Un solitario barrilete garantiza una nada desdeñable reserva de marcha de 65 horas. 

A través del cristal de zafiro del fondo se puede apreciar la estética contemporánea con la que se ha dotado al Heuer 02 Tourbillon Nanograph. Sin ir más lejos, los puentes lucen una decoración de cuadros que remite inevitablemente a la bandera de meta de las carreras automovilísticas, mientras que la masa oscilante central se presenta parcialmente calada, formando la mitad inferior del escudo de TAG Heuer. La rueda de pilares que organiza las funciones del cronógrafo también es perfectamente visible en la parte superior del calibre.

Igual que el bisel, las asas y la carrura del reloj, el brazalete –el propio de la colección Carrera, con sus característicos eslabones en forma de H– está elaborado en aluminio negro, con un engaste de diamantes de laboratorio (34, en este caso) que ocupan de forma caprichosa los eslabones más próximos a la caja. Se ciñe a la muñeca con un doble cierre desplegable de acero con pulsadores de seguridad, también de color negro mate.

Disponible exclusivamente en las boutiques TAG Heuer de todo el mundo, el Carrera Plasma Diamant d’Avant-Garde Chronograph Tourbillon se comercializa bajo pedido y en edición limitada.

Más información en: tagheuer.com

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