El pasado 18 de agosto de 2011 nos dejó, a la edad 80 años, Gérald Genta, uno de los diseñadores más creativos de los últimos cincuenta años en el ámbito de la relojería, y fundador de dos marcas: Gérald Genta y Gérald Charles.

Nacido en 1931 en Ginebra (aunque con raíces piamontesas), Genta finalizó a los 20 años sus estudios de joyería y recibió el diploma federal. Pronto se introdujo en el mundo de la relojería de la mano de Universal Genève, por aquel entonces, una de las firmas más reconocidas tanto en Europa como en los Estados Unidos.

Durante la década de los ‘60, Genta trabajó en el diseño de relojes para algunas de las marcas más importantes de la Alta Relojería suiza; entre sus piezas más importantes, cabe destacar diseños icónicos como el Royal Oak de Audemars Piguet, el Nautilus de Patek Philippe, el Ingenieur SL de IWC y el Seamaster Constellation de Omega, entre muchos otros.

En 1969 el diseñador creó su propia marca, Gérald Genta, que muy pronto empezó a destacar en el sector, especialmente por sus relojes con sonería. Entre sus obras más revolucionarias, hay que mencionar el Repetición de Minutos automático más plano del mundo (2,72 mm de espesor), que creó en 1981, así como el Grande Sonnerie Retro, de 1994, uno de los relojes más complicados del mundo.

En 1999, la firma fue adquirida por el grupo Bulgari -que en 2010 la integraría en su firma homónima-, y Genta decidió dedicarse a otra de sus pasiones: la pintura. Sin embargo, no se alejaría del mundo de la relojería, puesto que en 2001 creó otra marca relojera, llamada Gérald Charles. En 2004, Genta presentó un tourbillon creado junto al prestigioso relojero Antoine Preziuso. Dos años más tarde, el diseñador hizo su regreso a Baselworld, donde presentó tanto sus relojes como sus obras pictóricas.

Tras conocerse el fallecimiento, muchas marcas del sector de la Alta Relojería expresaron su admiración y gratitud por Gérald Genta. Es el caso, por ejemplo, de Audemars Piguet, que en el 40ª aniversario del nacimiento de su mítico Royal Oak rendirá un obligado homenaje al creador ginebrino.

Gerald Charles Genta