Relojes emblemáticos

Breitling Navitimer

Por Redacción

El final de la Segunda Guerra Mundial dio comienzo a una nueva era para la navegación aérea. La introducción de las aeronaves a propulsión y el nuevo contexto geopolítico permitieron el florecimiento de la aviación civil. Aunque la mayoría de vuelos comerciales estaban al alcance de una selecta minoría, la cantidad de trayectos crecía año a año, al igual que las distancias cubiertas.

En ese contexto, la Asociación de Propietarios y Pilotos de Aeronaves de Estados Unidos (AOPA) se dirigió, en 1952, a Willy Breitling, para pedirle que diseñara un cronógrafo para sus socios. Más allá de las cualidades que se esperan de un modelo para pilotos –buena legibilidad y visibilidad incluso en condiciones de poca luz ambiental–, este modelo debía ser un verdadero instrumento de vuelo que les permitiera efectuar todos los cálculos precisos para la navegación, tales como la velocidad media, la distancia recorrida, el consumo de combustible, la velocidad de ascenso y descenso o la conversión de millas a kilómetros o millas náuticas.

Para satisfacer estos requerimientos, Breitling adaptó la regla de cálculo logarítmica que había introducido diez años antes en el modelo Chronomat, y la integró en un bisel bidireccional. El resultado fue un auténtico ordenador analógico que la firma suiza decidió denominar Navitimer, contracción de las palabras “navigation” y “timer”.

Willy Breitling, nieto del fundador de Breitling y presidente de la compañía relojera en los años 50, cuando fue lanzado el modelo Navitimer. Anuncio del Breitling Navitimer, una vez lanzado al mercado en 1956.

El modelo original tenía un diámetro de 41 mm –realmente grande para la época, pero necesario para garantizar la legibilidad de todos los elementos–, estaba equipado con el calibre de cuerda manual Valjoux 72 y contaba con una abigarrada esfera de color negro que no lucía referencia alguna a la firma suiza, pero sí el logotipo de la AOPA: un escudo con las iniciales de la asociación, flanqueado por dos grandes alas. Su elemento más característico era el citado bisel giratorio, cuyo contorno perlado garantizaba un buen agarre. 

El Breitling Navitmier se presentó a los miembros de la AOPA en 1954 y fue comercializado entre los pilotos de la asociación hasta 1955. De hecho, no fue hasta un año después cuando el modelo estuvo disponible para el público general. La referencia 806, que ya se comercializó a través de la red mundial de distribución de Breitling, pasó por distintas configuraciones de esfera: aún con el logotipo de la AOPA y sus iniciales, con el logotipo de la asociación sin las iniciales o bien con el logotipo acompañado ya del nombre de la firma relojera. Además, el calibre Valjoux 72 fue sustituido por el Venus 178, también de fabricación suiza. 

A los pocos años del inicio de su distribución internacional, el Navitimer ya se había consolidado como el modelo de referencia de los pilotos de avión que realizaban rutas transoceánicas, lo que convertía a Breitling en la principal proveedora de la aviación mundial.

Modernización del modelo

A principios de los años 60, el Navitimer empezó a evolucionar a partir de discretos rediseños, en aras a modernizar su imagen y mejorar su funcionalidad. La primera modificación consistió en incorporar subesferas en contraste para mejorar la legibilidad de las indicaciones del cronógrafo. Al poco tiempo, el contorno del bisel giratorio perdió sus características perlas, que fueron sustituidas por unas más convencionales muescas para mejorar el agarre. La tercera gran novedad fue la aparición en la esfera del logotipo de Breitling “Twin-Jet”, formado por dos aviones a reacción superpuestos.

El Navitimer original, creado en 1954 para la AOPA, con su característico bisel perlado y el logotipo de la asociación.

El Navitimer Cosmonaute, diseñado en 1962 a petición del astronauta Scott Carpenter para ser utilizado en misiones espaciales.

Independientemente a estas modificaciones del modelo regular, en 1962 Breitling creó, a petición del astronauta de la NASA Scott Carpenter, la referencia 809, denominada “The Cosmonaute”. Durante la preparación por la misión Mercury, Carpenter había notado que le costaba leer las indicaciones de su Navitimer en ciertas situaciones, de modo que pidió a la marca una versión del reloj con una escala de 24 horas que alternaba índices con grandes numerales arábigos. El bisel de esta rarísima referencia también era más grande para facilitar su manipulación con los gruesos guantes de astronauta.

El 3 de marzo de 1969, las firmas Breitling, Heuer-Leonidas y Buren-Hamilton presentaron el calibre Chrono-Matic, un movimiento cronográfico de cuerda automática que habían desarrollado conjuntamente. Por supuesto, el Navitimer fue uno de los modelos elegidos por Breitling para incorporar este revolucionario calibre.

Los modelos dotados de este movimiento son perfectamente distinguibles tanto por su configuración bi-compax con fecha a las 6 horas, como por la ubicación de la corona a las 9. El primer Navitimer en adoptar el nuevo calibre fue la referencia 1806, un espectacular reloj de 48 mm de diámetro. Desarrollada junto al famoso fabricante EPSA Piquerez, su caja se caracterizaba por los trazos rectos que dibujaban la carrura y las asas, así como por un nuevo diseño de bisel que permitía un alto grado de impermeabilidad. La esfera mantenía las características básicas de todo Navitimer, pero con un diseño más moderno y, sobre todo, con acentos de color rojo que le conferían una imagen más deportiva. Para los clientes que aún preferían un calibre de carga manual, Breitling lanzó la referencia 816, con la misma caja de 48 mm.

Paralelamente a estos Navitimer sobredimensionados, la firma suiza continuó comercializando el modelo de 41 mm. En 1972, introdujo la referencia 8806, equipada con un calibre Chrono-Matic, y la referencia 7806, con un movimiento de cuerda manual. La gran novedad del modelo de carga manual residía en la incorporación de una ventana de fecha entre las 4 y las 5 horas.

A medida que avanzaba la década de los ‘70, la industria relojera suiza se tambaleaba más y más por la entrada masiva de relojes de cuarzo procedentes de Asia, más fiables y precisos, y, sobre todo, más baratos que los modelos mecánicos. Breitling no se libró de la crisis, que afectó gravemente a su producción relojera. La firma pudo capear el temporal, entre otras cosas, con el lanzamiento de modelos de cuarzo, entre los cuales no podía faltar en Navitimer. De hecho, en 1977 Breitling introdujo hasta tres modelos digitales: uno con pantalla LED que se activaba mediante un pulsador, y dos más con pantallas LCD, que también estaban disponibles con cajas de 41 o de 48 mm.

Navitimer de principios de los años 60 con el bisel de muescas, las subesferas en contraste y el logotipo Twin Jet.

Navitimer de oro de finales de los años 60, equipado con el mítico calibre automático Chrono-Matic.

Los momentos más duros de la crisis coincidieron con el deterioro de la salud de Willy Breitling, nieto del fundador y presidente de la empresa. Ante esta situación, decidió vender la compañía a alguien que fuera capaz de valorarla y de volverla a situar en el lugar de privilegio que le correspondía. El elegido fue Ernst Schneider, un técnico y aviador que conocía perfectamente el legado de la marca.

El plan de Schneider para recuperar Breitling pasaba por especializar la compañía en la fabricación de instrumentos para profesionales (especialmente, para pilotos de aviación). Sin embargo, y a pesar de ser el instrumento profesional por excelencia, el Navitimer tendría que esperar hasta 1985 para volver a aparecer en escena.

La referencia 81600 –más conocida como “Old Navitimer”– recuperaba fielmente el diseño de los Navitimer previos a la crisis del cuarzo. Tenía un diámetro de 41,5 mm, estaba equipado con el calibre de carga manual Breitling 12, basado en el Lemania 1873, y contaba con una esfera tricompax sin ventana de fecha, similar a la de los primeros modelos. La principal novedad de su diseño era la presencia de algunos elementos en rojo en la regla de cálculo, así como la introducción del nuevo logotipo de Breitling, con las alas y el ancla. Junto a la referencia 81600, Breitling recuperó su singular Cosmonaute –con su característica escala de 24 horas–, también equipado con un calibre Lemania de carga manual.

En 1989, la firma de Gretchen introdujo el Old Navitimer I (referencia 81610), que tenía como principal novedad la utilización del calibre automático Breitling 13, basado en el fiable ETA 7750. El cambio de movimiento supuso la completa remodelación de la esfera para adaptarla a la configuración de las funciones del 7750: el nuevo Navitimer tenía las dos subesferas del cronógrafo en el eje vertical (a las 6 y 12 horas), el pequeño segundero a las 9 horas y la ventana de fecha a las 3. 

Tres años más tarde, la firma recuperó la configuración clásica del Navitimer en la referencia A30022, un reloj de solo 38 mm de diámetro cuyo bisel recuperaba las funciones científicas del Chronomat. Este curioso Navitimer estaba equipado con el calibre 30 de Breitling, con base ETA y un módulo de cronógrafo Dubois-Depraz, y se comercializó con numerosos colores de esfera.

Las referencias 9406 y 9416, con calibre de cuarzo y pantalla LCD, lanzadas en 1977.

El Old Navitimer II, lanzado en 1993, presentaba pequeñas variaciones respecto a su predecesor, como el uso de cristal de zafiro en sustitución del de cristal mineral o la incorporación, por primera vez, de la “B” de Breitling en el contrapeso de la trotadora.

En 1995, Breitling presentó dos auténticas rarezas en su colección Navitimer. La primera de ellas fue el modelo Montbrillant, que se estrenó con caja de oro (a partir de 1996 adoptaría la caja de acero de 38 mm del Navitimer 1992, al cual sustituyó en la colección) y tomaba prestados varios elementos del Chronomat de 1940, como su regla de cálculo para usos científicos. La segunda rareza fue la referencia 34030, que por primera vez incorporaba la función de cronógrafo rattrapante. El Navitimer Rattrapante se comercializó solamente en metales preciosos –oro blanco, oro rosa o platino–, y estaba disponible con esfera negra o azul, dotada de numerales arábigos. Como detalle, una de las segunderas lucía en el contrapeso la “B” de Breitling, mientras que la otra dibujaba un ancla. De este modo, cuando se solapaban formaban el logotipo de la marca.

La siguiente evolución del Navitimer se produjo en 2002 con el lanzamiento del Chronomètre, creado para sustituir al Old Navitimer II. Gracias a la utilización del calibre Breitling 24 (ETA 7753), el Chronomètre recuperaba la distribución de la esfera del modelo original.

El mismo año, Breitling lanzó una nueva versión del Cosmonaute con función de cronógrafo “flyback”. El Cosmonaute Flyback se comercializó en acero, oro o acero y oro, y estaba equipado con el calibre Breitling 22, con base ETA 2892 y módulo cronográfico Dubois Dépraz.

Modelos conmemorativos

Para celebrar el 35º aniversario del lanzamiento del calibre Chrono-Matic, en 2004 Breitling presentó el modelo Navitimer Chrono-Matic (ref. 41350) en una edición limitada a solo 1.000 ejemplares. Equipado con el calibre automático 41LC de Breitling (de nuevo con base ETA 2892-2 y un módulo cronográfico Dubois Dépraz), el reloj recuperaba la disposición de la esfera del Chrono-Matic original, con dos contadores tono sobre tono (aunque en esta ocasión correspondían al totalizador de 30 minutos del cronógrafo y al segundero horario) y una ventana de fecha situada a las 6 horas. La caja tenía un diámetro de 41,6 mm y remitía, con sus asas facetadas y su corona a las 9, al Chrono-Matic de tamaño clásico de principios de los años ‘70.

El modelo Old Navitimer, lanzado en 1985, que recuperaba algunos de los elementos estéticos del reloj original.

El singular Navitimer Rattrapante 34030, introducido en 1995, que se comercializó solamente en metales preciosos.

El éxito de esta edición especial hizo que la firma de Gretchen repitiera la fórmula, un año después, con el lanzamiento de la referencia A41460. En esta ocasión, Breitling recuperó el diseño de la caja grande (aunque reduciendo su tamaño a 44 mm). En su interior, volvía a latir el calibre automático 41LC.

En 2013 la colección Navitimer dio un salto histórico al incorporar, por primera vez en sus más de 60 años de historia, un movimiento de manufactura. El Navitimer 01 (referencia AB012012-BB01) estaba equipado con el flamante calibre Breitling B01, un movimiento cronográfico con rueda de pilares que ofrecía una reserva de marcha de 70 horas. El reloj contaba con una caja de acero pulido de 42 mm, dotada de unas largas y estilizadas asas y del clásico bisel giratorio con la regla de cálculo y el borde dentado. La esfera era de tipo tri-compax, con subesferas en contraste, y de nuevo destacaba por la presencia de varios detalles en rojo. Entre las cuatro y las cinco, un disco negro con numerales blancos ofrecía la información del día del mes.

Un año más tarde, Breitling recuperó el Navitimer Cosmonaute con una imagen totalmente nueva: tanto la caja como la esfera –y, por supuesto, la deportiva correa de caucho– de este Cosmonaute Blacksteel Limited Edition Watch eran de color negro mate, con el único contraste de las grafías –índices, numerales y escalas–, en blanco, y de los ya clásicos detalles en rojo. En el interior de la caja de acero negro latía el calibre de manufactura Breitling B02, una variación del B01 con la indicación sobre 24 horas propia del Cosmonaute. El reloj se comercializó en una edición limitada a 1.000 ejemplares.

La gran novedad de la colección en 2014 fue el Navitimer fue un modelo que presentaba un inédito diámetro de 46 mm y otra primicia importante: un fondo transparente de cristal de zafiro que permitía admirar las evoluciones del calibre B01 que latía en su interior. Para acompañar esta novedad, Breitling lanzó un segundo modelo con una estética muy similar, e incluso de mayor tamaño: el Navitimer GMT, de 48 mm, ofrecía la lectura de un segundo huso horario gracias a la presencia de una cuarta aguja central y de una escala de 24 horas que, naturalmente, obligaba a simplificar la regla de cálculo.

El nuevo Navitimer, lanzado este año para conmemorar el 70º aniversario del modelo, que se caracteriza por sus esferas de colores vivos.

En 2017, Breitling recuperó para la colección Navitimer una complicación introducida 22 años antes: el cronógrafo rattrapante. En esta ocasión, sin embargo, el reloj estaba equipado con un movimiento de manufactura: el calibre B03. El modelo utilizaba una caja de 45 mm, disponible en dos versiones: acero y oro rosa.

Máxima vigencia 

Las últimas iteraciones introducidas por Breitling demuestran que, gracias a los distintos rediseños introducidos a lo largo de los años, el Navitimer sigue siendo un reloj perfectamente vigente 70 años después de su creación. En 2019, el lanzamiento de la referencia 806 1959 Re-Edition hizo evidente que incluso los viejos diseños mantenían todo su encanto. El modelo reproducía fielmente una referencia 806 de 1959, con su esfera tono sobre tono y su bisel perlado, y naturalmente lucía el logotipo alado de la AOPA a las doce.

Este año se cumplen 70 años del nacimiento del Navitimer, y Breitling ha querido celebrarlo por todo lo alto, con el lanzamiento de una nueva serie que, aún preservando los elementos idiosincráticos del modelo, se distingue de todas las anteriores por su apuesta por los colores audaces en las esferas: verde, azul, plateado, cobre o negro, combinados con el color blanco o negro de los contadores. El nuevo Navitimer está disponible en distintos diámetros de caja (41, 43 y 46 mm) y en dos materiales (acero inoxidable u oro rojo de 18 K), e incluso se ofrece con una amplia gama de correas (piel de cocodrilo de distintos colores y brazalete de metal de siete eslabones). Como contrapunto a esta pequeña revolución estética, las esferas vuelven a incorporar el histórico logotipo de AOPA, que acompaña el nombre de la firma relojera.

Más información en: www.breitling.com

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