TUDOR BLACK BAY P01
A partir de un prototipo de 1967 que nunca vio la luz, Tudor ha creado el nuevo reloj Black Bay P01, un modelo equipado con un calibre de manufactura en el interior de una caja singular, muy diferente a las utilizadas por la marca.
La historia del nuevo reloj deportivo Black Bay P01 (prototipo 1) se remonta a 1967, con la puesta en marcha del código Commando, un programa para desarrollar un nuevo modelo para la Marina estadounidense porque Tudor quería sustituir el Prince Submariner (referencia 7928) por un nuevo reloj de submarinismo.
Este reloj técnico debía responder a las exigencias establecidas por el Gobierno americano y Tudor incorporó los últimos avances para mejorar la funcionalidad y la ergonomía del nuevo reloj de submarinismo. Sin embargo, el reloj nunca vio la luz porque la Marina americana eligió la referencia 7016 del reloj de submarinismo estándar de Tudor.
Por tanto, el prototipo ha permanecido dormido hasta ahora, que ha tomado forma con el nuevo reloj Black Bay P01.
A pesar de su herencia histórica, el espíritu del nuevo reloj Black Bay P01 es contemporáneo. En la imagen, se puede ver el parecido entre el prototipo y el nuevo modelo.
Se ha respetado la corona a las 4 h que tenía el prototipo y los eslabones gigantes que conectan con la caja, que le infunden una estética muy singular, que tiene adeptos y detractores. No es un diseño para todos los gustos, pero Tudor ha querido ser fiel al espíritu experimental de su proyecto de 1967, esa fusión de reloj de submarinismo y de navegación. Este eslabón abatible fue patentado por Tudor en 1968 y permitía la fijación y el desmontaje del bisel para realizar el mantenimiento del reloj. Era desde luego práctico, pero la marca relojera suiza no lo ha adaptado fielmente, sino que se ha inspirado en él y lo ha transformado en un sistema de parada del bisel giratorio con un eslabón móvil a las 12.
Estos gigantes eslabones transforman de forma impactante la anatomía de la caja -de acero con acabado satinado y un diámetro de 42 mm– y alejan sensiblemente su estética de los códigos de las cajas utilizadas en la línea Black Bay, que varían según tipo de asas-. El bisel tampoco es igual que al resto. Es giratorio bidireccional, tiene 60 muescas y está grabado con la escala de 12 horas.
Lo que convierte a este nuevo modelo en un Black Bay es el diseño de su esfera, de color negro, abombada y con el diseño de los índices luminiscentes típicos de la línea que se inspira en el primer reloj de submarinismo de la casa, creado en 1954 (era la referencia 7922) y, por supuesto, las agujas Swnowflake, que Tudor rescató de un modelo histórico de hace 50 años. La marca ha añadido la fecha en una pequeña ventana a las 3 horas.
Con tantas referencias históricas, Tudor ha construido un reloj neovintage hermético a 200 metros.
El corazón del nuevo reloj Black Bay P01 de Tudor es el calibre de manufactura MT5612, de carga automática, avalado por el certificado COSC. Se equipa con espiral de silicio antimagnético y su volante es de inercia variable, que se sujeta con un puente transversal con dos puntos de fijación y está regulado con una tuerca de microajuste. Bate a una frecuencia de 28.800 alternancias/hora.
La reserva de marcha de este movimiento manufactura es de unas 70 horas y además de su resistencia y fiabilidad, Tudor ha cuidado los acabados, aunque no se ven a través del fondo metálico. No obstante, el rotor troquelado se embellece con un lustre satinado y detalles pulidos a chorro de arena y los puentes y la platina alternan las superficies pulidas con chorro de arena y decoraciones realizada en láser.
Tudor propone para su nuevo Black Bay P01 una correa híbrida de cuero y caucho con acabado satinado con el motivo Snowflake en la parte posterior.
El precio del reloj Black Bay P01 de Tudor es de 3.730 €.
Por Purificación Álamo
